martes, 19 de enero de 2010

Todo es cuestión de tiempo...



Pasó mucho tiempo antes de que pudiera darme cuenta que dentro de mi habitaba algo más que enojo hacia esa persona que daño mi vida de manera radical. Pasó mucho tiempo antes de que pudiera notar que podría amar de nuevo.

El tiempo pasa y lleva consigo un montón de recuerdos que me hacían evitar amar de nuevo, entregar ese cofre en el que voluntariamente había guardado mi corazón bajo llave para evitar que alguien más lo dañara.
Pero así pasó, el tiempo siguió corriendo y se llevo todo el enojo que había en mi ser.
Podría decirse que el enamoramiento es conocido como una fase de atracción entre dos personas pero esto era algo más que eso.
Esto era el motivo por el que despertaba cada día llena de nuevas ilusiones y anhelos, era la razón por la que soñaba en medio de mis clases, por las que no sentía hambre, ni sueño ni miedo ni nada… solo amor.
Me enamoré como hacía mucho que no lo hacía. Siempre tan cuidadosa, siempre tan delicada, tan pequeña tan débil. Débil porque no podía soportar una desilusión más. Cuidadosa por miedo a que me dañaran como ya lo habían hecho tantas veces antes. Tan pequeña por mis propios miedos.
Pero con él era diferente. El amor era en porciones iguales, ninguno de los dos amaba más que el otro, era como si mi corazón hubiera reconocido en él la otra mitad que siempre había buscado. Es como si tuviera esperanzas de nuevo, como si pudiera hacer todo con solo desearlo. En mi mundo de fantasía, se le llamaba estar enamorado.

Todo es cuestión de tiempo...



Pasó mucho tiempo antes de que pudiera darme cuenta que dentro de mi habitaba algo más que enojo hacia esa persona que daño mi vida de manera radical. Pasó mucho tiempo antes de que pudiera notar que podría amar de nuevo.

El tiempo pasa y lleva consigo un montón de recuerdos que me hacían evitar amar de nuevo, entregar ese cofre en el que voluntariamente había guardado mi corazón bajo llave para evitar que alguien más lo dañara.
Pero así pasó, el tiempo siguió corriendo y se llevo todo el enojo que había en mi ser.
Podría decirse que el enamoramiento es conocido como una fase de atracción entre dos personas pero esto era algo más que eso.
Esto era el motivo por el que despertaba cada día llena de nuevas ilusiones y anhelos, era la razón por la que soñaba en medio de mis clases, por las que no sentía hambre, ni sueño ni miedo ni nada… solo amor.
Me enamoré como hacía mucho que no lo hacía. Siempre tan cuidadosa, siempre tan delicada, tan pequeña tan débil. Débil porque no podía soportar una desilusión más. Cuidadosa por miedo a que me dañaran como ya lo habían hecho tantas veces antes. Tan pequeña por mis propios miedos.
Pero con él era diferente. El amor era en porciones iguales, ninguno de los dos amaba más que el otro, era como si mi corazón hubiera reconocido en él la otra mitad que siempre había buscado. Es como si tuviera esperanzas de nuevo, como si pudiera hacer todo con solo desearlo. En mi mundo de fantasía, se le llamaba estar enamorado.