martes, 25 de mayo de 2010

Me vs destino.


Jugaba con el destino sin pensar en las reglas.
Jugaba con el aunque muchas veces el jugó conmigo.
Me manejó de la manera que quiso y me hizo dar los pasos contados, como si fuera un peón de ajedrez. La pieza sobrante, asi era. Muchas veces traté de dejar el juego, pero creo que siempre era mas fácil seguir jugando que dejarme perder…Nunca me gusto perder.
Era como si mis sentidos me gritaran que parará, pero mi sentido común pedía más. Había aprendido a vivir con ello 13 años de mi vida, y ahora que ya tenía la costumbre me era simplemente imposible dejar de jugar.
Jugar… jugar… jugar… perder, ganar, perder, ganar, jugar…después de todo seguir jugando.
En el ajedrez todo era mucho más simple que lo que era la vida real. En el ajedrez si algo me molestaba bastaba con derrumbarlo, aplastarlo, destruirlo y seguir jugando.
La realidad que todos conocemos es que el juego de la vida no es ajedrez, ni poker, ni ninguno de esos nuevos videojuegos del mercado. Nada de peleas, golpes, robos, muertes.
No… más bien era cuestión de creer. Yo creía, en todo, menos en mí, sí, eso es verdad pero aun así creía.
Tenía ilusiones… ese fue siempre el problema de todo. MI capacidad casi mágica de ilusionarme con todo. Era simple ser yo. Eran simples mis tristezas, simples mis enojos, simples mis alegrías, pero todas las disfrute. Amaba los días lluviosos pero me quejaba de la humedad. Amaba los días sin sol pero era friolenta. Amaba a esa persona aunque me dañara constantemente.
Amaba ser yo misma aunque yo misma deseara desaparecer.
Así que pues, quien lea esto sabrá que tengo problemas, si los tengo. Sabrá que conmigo llevo un montón de ideas y memorias que llevaba conmigo, a cuestas. Siempre fue difícil subir con ellas, pero era gratificante ver el ocaso…con ellas.

Entonces creo que después de todo era simple el asunto. Si, simple, igual que todo lo que hacía. Pero aquí seguía y pensaba seguir haciéndolo, no me iba a ir, no me iba a vencer, y una simple (de nuevo) crisis de estrés no me iba a derrumbar.
Es todo, últimamente necesito escribir más de costumbre, porque últimamente siento que no puedo con lo que debería poder y últimamente me siento terriblemente sola. Que más da, es una de esas etapas que varias veces tuve y que siempre pude sobrellevar.
El secreto ahora es que no pensaba martirizarme por eso… alguien que quiero mucho me dijo ‘’No te tomes tan en serio la vida, ya que nadie sale vivo de ella’’.

Me vs destino.


Jugaba con el destino sin pensar en las reglas.
Jugaba con el aunque muchas veces el jugó conmigo.
Me manejó de la manera que quiso y me hizo dar los pasos contados, como si fuera un peón de ajedrez. La pieza sobrante, asi era. Muchas veces traté de dejar el juego, pero creo que siempre era mas fácil seguir jugando que dejarme perder…Nunca me gusto perder.
Era como si mis sentidos me gritaran que parará, pero mi sentido común pedía más. Había aprendido a vivir con ello 13 años de mi vida, y ahora que ya tenía la costumbre me era simplemente imposible dejar de jugar.
Jugar… jugar… jugar… perder, ganar, perder, ganar, jugar…después de todo seguir jugando.
En el ajedrez todo era mucho más simple que lo que era la vida real. En el ajedrez si algo me molestaba bastaba con derrumbarlo, aplastarlo, destruirlo y seguir jugando.
La realidad que todos conocemos es que el juego de la vida no es ajedrez, ni poker, ni ninguno de esos nuevos videojuegos del mercado. Nada de peleas, golpes, robos, muertes.
No… más bien era cuestión de creer. Yo creía, en todo, menos en mí, sí, eso es verdad pero aun así creía.
Tenía ilusiones… ese fue siempre el problema de todo. MI capacidad casi mágica de ilusionarme con todo. Era simple ser yo. Eran simples mis tristezas, simples mis enojos, simples mis alegrías, pero todas las disfrute. Amaba los días lluviosos pero me quejaba de la humedad. Amaba los días sin sol pero era friolenta. Amaba a esa persona aunque me dañara constantemente.
Amaba ser yo misma aunque yo misma deseara desaparecer.
Así que pues, quien lea esto sabrá que tengo problemas, si los tengo. Sabrá que conmigo llevo un montón de ideas y memorias que llevaba conmigo, a cuestas. Siempre fue difícil subir con ellas, pero era gratificante ver el ocaso…con ellas.

Entonces creo que después de todo era simple el asunto. Si, simple, igual que todo lo que hacía. Pero aquí seguía y pensaba seguir haciéndolo, no me iba a ir, no me iba a vencer, y una simple (de nuevo) crisis de estrés no me iba a derrumbar.
Es todo, últimamente necesito escribir más de costumbre, porque últimamente siento que no puedo con lo que debería poder y últimamente me siento terriblemente sola. Que más da, es una de esas etapas que varias veces tuve y que siempre pude sobrellevar.
El secreto ahora es que no pensaba martirizarme por eso… alguien que quiero mucho me dijo ‘’No te tomes tan en serio la vida, ya que nadie sale vivo de ella’’.