jueves, 29 de noviembre de 2012

¿Qué aprenderé en el 2013?

Éste año ya casi se nos va y la verdad es que la emotividad comienza a salir.
Éste año me dejó tanto, me quitó un poco y me enseñó más.
Primero, éste año aprendí que hay gente que prevalece, a través de los años, de las situaciones y las promesas. Hay gente que no te suelta cuando la marea viene en contra con toda su furia golpeando. Esa gente es la que vale la pena amar, por la que darías la vida. Son esas personas que sin importar la distancia, la hora, las lágrimas o las sonrisas ahí están para ti, abriéndote los brazos, abriéndote su vida.
Igualmente, hay gente que es temporal, solamente. Aquellas compañeras de pedas, de confesiones vagas, de secretos que ellas mismas riegan. Son las que te abandonan en un momento de crisis, las que de pronto dejan de figurar en tu lista de amistades. Son las que por un trabajo, por un equipo, por una tarea aprovechan para hacerte drama cuando saben que estás a punto de aflojar.
Aquellos que irremediablemente un día decides dejar de lado en la carretera de tu vida.

Éste año aprendí también que la distancia no divide, al contrario, que une corazones.
Entendí que la ausencia de alguien que amas te hace fuerte, te obliga a madurar y enfrentar tus temores.
Aprendí que en ocasiones, la soledad puede llegar a ser tu mejor amiga y musa.

Aprendí que para amarme hace falta ser quién soy: aquella que entrega el corazón, la cursi que llora con una película, la amiga que apoya en los momentos de necesidad. La que puede ser estúpida y graciosa, la que ama disfrazar su exterior para no mostrar el interior. La que se equivoca, la que se cae y tiene miedo de levantarse sola. Aprendí que no tengo que fingir para mantener a mi lado personas temporales, aprendí que aquellos que prevalecen siempre han estado ahí, aun cuando no daban señales de estarlo.
Aprendí que mis temores yo misma me los impongo, que puedo dejar los fantasmas del pasado en el pasado, que puedo mirar el futuro con la esperanza de saber que por más chingazos que da la vida siempre se puede sonreír.
Aprendí que amo tanto lo que tengo, que ya lo llevo marcado en mi piel: mi familia, mis amigos, mi pareja, A MI MISMA.

Hablando más o menos de lo mismo, encontré que debía enamorarme verdaderamente de algo que si era indispensable: de la vida. Ya que ella se encargaría de colocarme frente a la persona correcta, en el lugar y tiempo correctos. Y ya que había tocado esas profundas filosofías, me di cuenta también de que si perdía ese pequeño gran concepto llamado "vida" entonces estaría perdiendo todo, me di cuenta de que sin ella no tenía nada.

En éste año que casi termina amé, reí, lloré y sufrí. Bailé, canté, sufrí y caí. Pero si una satisfacción encontré fue que al caer encontré a algunas personas que se aferraron a mi cuerpo, a mis brazos y piernas, me levantaron y a empujones me obligaron a seguir. Caminé lentamente pero de pronto me encontré corriendo de nuevo. Tanta vida, tanta que me hace estremecer.
No hay palabras, éste año me lleno de aprendizaje, dentro  y fuera de las aulas. Me encontré a mi misma venciendo mis miedos, bailando sobre ellos, pisándolos, haciéndolos temer de mi fuerza.
Ahora sólo me queda una duda: ¿Qué aprenderé en el 2013?

[ Gracias a aquellos que hicieron posible éste texto con su presencia en mi vida: primero a Dios, por ponerme en el lugar correcto cuando los encontré! Hablo de ti  Mami, Alberto, Alex, Bere, Javier, Gaby, Lupita, July, Axl, Esdras, Abuela Lupita, Ismael, mi suegra Lilia, Jessica y a aquellos nombres que sin querer se me escapan. Gracias a esos motherfuckers que no supieron valorar el pedazo de mi corazón en que vivian. Fuck u guys! .l. ]


... And it's hard to dance with a devil on your back, so shake it off.

¿Qué aprenderé en el 2013?

Éste año ya casi se nos va y la verdad es que la emotividad comienza a salir.
Éste año me dejó tanto, me quitó un poco y me enseñó más.
Primero, éste año aprendí que hay gente que prevalece, a través de los años, de las situaciones y las promesas. Hay gente que no te suelta cuando la marea viene en contra con toda su furia golpeando. Esa gente es la que vale la pena amar, por la que darías la vida. Son esas personas que sin importar la distancia, la hora, las lágrimas o las sonrisas ahí están para ti, abriéndote los brazos, abriéndote su vida.
Igualmente, hay gente que es temporal, solamente. Aquellas compañeras de pedas, de confesiones vagas, de secretos que ellas mismas riegan. Son las que te abandonan en un momento de crisis, las que de pronto dejan de figurar en tu lista de amistades. Son las que por un trabajo, por un equipo, por una tarea aprovechan para hacerte drama cuando saben que estás a punto de aflojar.
Aquellos que irremediablemente un día decides dejar de lado en la carretera de tu vida.

Éste año aprendí también que la distancia no divide, al contrario, que une corazones.
Entendí que la ausencia de alguien que amas te hace fuerte, te obliga a madurar y enfrentar tus temores.
Aprendí que en ocasiones, la soledad puede llegar a ser tu mejor amiga y musa.

Aprendí que para amarme hace falta ser quién soy: aquella que entrega el corazón, la cursi que llora con una película, la amiga que apoya en los momentos de necesidad. La que puede ser estúpida y graciosa, la que ama disfrazar su exterior para no mostrar el interior. La que se equivoca, la que se cae y tiene miedo de levantarse sola. Aprendí que no tengo que fingir para mantener a mi lado personas temporales, aprendí que aquellos que prevalecen siempre han estado ahí, aun cuando no daban señales de estarlo.
Aprendí que mis temores yo misma me los impongo, que puedo dejar los fantasmas del pasado en el pasado, que puedo mirar el futuro con la esperanza de saber que por más chingazos que da la vida siempre se puede sonreír.
Aprendí que amo tanto lo que tengo, que ya lo llevo marcado en mi piel: mi familia, mis amigos, mi pareja, A MI MISMA.

Hablando más o menos de lo mismo, encontré que debía enamorarme verdaderamente de algo que si era indispensable: de la vida. Ya que ella se encargaría de colocarme frente a la persona correcta, en el lugar y tiempo correctos. Y ya que había tocado esas profundas filosofías, me di cuenta también de que si perdía ese pequeño gran concepto llamado "vida" entonces estaría perdiendo todo, me di cuenta de que sin ella no tenía nada.

En éste año que casi termina amé, reí, lloré y sufrí. Bailé, canté, sufrí y caí. Pero si una satisfacción encontré fue que al caer encontré a algunas personas que se aferraron a mi cuerpo, a mis brazos y piernas, me levantaron y a empujones me obligaron a seguir. Caminé lentamente pero de pronto me encontré corriendo de nuevo. Tanta vida, tanta que me hace estremecer.
No hay palabras, éste año me lleno de aprendizaje, dentro  y fuera de las aulas. Me encontré a mi misma venciendo mis miedos, bailando sobre ellos, pisándolos, haciéndolos temer de mi fuerza.
Ahora sólo me queda una duda: ¿Qué aprenderé en el 2013?

[ Gracias a aquellos que hicieron posible éste texto con su presencia en mi vida: primero a Dios, por ponerme en el lugar correcto cuando los encontré! Hablo de ti  Mami, Alberto, Alex, Bere, Javier, Gaby, Lupita, July, Axl, Esdras, Abuela Lupita, Ismael, mi suegra Lilia, Jessica y a aquellos nombres que sin querer se me escapan. Gracias a esos motherfuckers que no supieron valorar el pedazo de mi corazón en que vivian. Fuck u guys! .l. ]


... And it's hard to dance with a devil on your back, so shake it off.