martes, 3 de diciembre de 2013

Ahora sólo eres alguien a quién solía conocer....

Aún recuerdo tus últimas palabras dirigidas a mí.
Tanto enojo, rencor y despecho no se había visto antes. Fue como un flash news golpeando mi cabeza, con onomatopeyas como "kaboom" y esas cosas.

Hoy, a muchos días (no sé cuantos, exactamente) de tu ausencia quiero tomarme la molestia de desperdiciar mi tiempo en ti.
Pues bien, comenzaré diciendo que no me siento mal con las decisiones que tomé.
Si, quería casarme. Estaba emocionada y feliz con todos los preparativos que yo sola estaba realizando. Luego me di cuenta de que a ti te emocionaba pero comencé a temer: ¿es en realidad lo que quiero? ¿Quiero una fiesta en grande, o quiero un matrimonio para siempre? ¿Es él en realidad lo que quiero? ¿Podré vivir toda la vida con sus miedos, inseguridades y complejos?... La respuesta hoy es clara.
Evidentemente no pude.

Gracias por ser lo que quise, en el momento. Sabes que en tu tiempo en mi vida fuiste tú a quién amé. Por ti hice cosas estúpidas sin pensar en las consecuencias. Hice cosas locas, me aventuré a romper mi zona de confort y te entregué mucho más de lo que me tenía permitido dar. Pero las cosas funcionan en medida del compromiso que los dos hicimos para funcionar. Sabes que al final las cosas no estaban bien. De hecho eran una mierda, una mierda que los dos tratamos de rescatar, estirando de más las cuerdas. Y se rompió.
No te escribo para hacerte sentir mal, para hacerte sufrir y llorar, porque yo misma dejé de sentir eso.
Ya no estoy enojada. Ya te perdoné por hablarme como lo hiciste y tocar los puntos frágiles de mi ser. Pero el hecho de que ya no esté enojada y te haya disculpado no quiere decir que quiero o querré regresar a intentarlo a tu lado. No.
Quiero decir, estoy dejandóte ir. A ti y a lo que me representas.
Y estoy decidiendo estar bien, quedarme con los recuerdos y cosas positivas, y deshacerme de lo negativo. No lo quiero.
Te deseo felicidad, amor y estabilidad. Y te lo deseo lejos de mi.
Gracias por todo lo que me diste, aprendizajes, experiencias, sensaciones. Por todo. Pero hoy ya no lo quiero.

Sin más que decir.

P.

Ahora sólo eres alguien a quién solía conocer....

Aún recuerdo tus últimas palabras dirigidas a mí.
Tanto enojo, rencor y despecho no se había visto antes. Fue como un flash news golpeando mi cabeza, con onomatopeyas como "kaboom" y esas cosas.

Hoy, a muchos días (no sé cuantos, exactamente) de tu ausencia quiero tomarme la molestia de desperdiciar mi tiempo en ti.
Pues bien, comenzaré diciendo que no me siento mal con las decisiones que tomé.
Si, quería casarme. Estaba emocionada y feliz con todos los preparativos que yo sola estaba realizando. Luego me di cuenta de que a ti te emocionaba pero comencé a temer: ¿es en realidad lo que quiero? ¿Quiero una fiesta en grande, o quiero un matrimonio para siempre? ¿Es él en realidad lo que quiero? ¿Podré vivir toda la vida con sus miedos, inseguridades y complejos?... La respuesta hoy es clara.
Evidentemente no pude.

Gracias por ser lo que quise, en el momento. Sabes que en tu tiempo en mi vida fuiste tú a quién amé. Por ti hice cosas estúpidas sin pensar en las consecuencias. Hice cosas locas, me aventuré a romper mi zona de confort y te entregué mucho más de lo que me tenía permitido dar. Pero las cosas funcionan en medida del compromiso que los dos hicimos para funcionar. Sabes que al final las cosas no estaban bien. De hecho eran una mierda, una mierda que los dos tratamos de rescatar, estirando de más las cuerdas. Y se rompió.
No te escribo para hacerte sentir mal, para hacerte sufrir y llorar, porque yo misma dejé de sentir eso.
Ya no estoy enojada. Ya te perdoné por hablarme como lo hiciste y tocar los puntos frágiles de mi ser. Pero el hecho de que ya no esté enojada y te haya disculpado no quiere decir que quiero o querré regresar a intentarlo a tu lado. No.
Quiero decir, estoy dejandóte ir. A ti y a lo que me representas.
Y estoy decidiendo estar bien, quedarme con los recuerdos y cosas positivas, y deshacerme de lo negativo. No lo quiero.
Te deseo felicidad, amor y estabilidad. Y te lo deseo lejos de mi.
Gracias por todo lo que me diste, aprendizajes, experiencias, sensaciones. Por todo. Pero hoy ya no lo quiero.

Sin más que decir.

P.