Puedo decirte que conocí la magia el día que después de decir -Si quiero, tomaste mi rostro entre tus manos y me besaste. Supe ese día que nada volvería a ser igual. Fue como si hubiéramos sincronizado nuestros corazones.
Fue extraño sentir como algo se prendía y se apagaba en mi interior. Como un interruptor en la pared, tu me encendías robándome risas y alegría, dándome magia, luego te ibas y todo se apagaba otra vez y así, se volvía a encender cuando veía la magia en tus ojos, me la contagiabas hablándome de tus pasiones, de tus ideales, de eso que atesoras en tu corazón. Me la contagiaste tantas veces, en tantos momentos: cuando el primer "te amo" se te escapo con ese brillo en la mirada, cuando conocí a tu familia y los nervios nos hicieron reír todo el camino por la carretera, cuando finalmente decidimos hacerlo oficial y dar el siguiente paso...me contagias tu magia cada vez que hacemos el amor y se con seguridad que lo harás ese día donde la magia podrá respirarse, donde comenzará por fin el "Mr and mrs."
Pero de pronto, cuando durante la noche despierto y estoy en tus brazos, o tu en mi pecho y todo es tan silencioso, te siento tan mío, tan humano. Y aunque la magia ahí sigue, de pronto noto eso mismo: me enamoré de ti, del ser humano, de los días buenos y los días malos. De los besos de buenos días, de los momentos de frustración, de los planes que a veces no salen del todo bien, de las manchas de pintura en los estacionamientos, de los momentos tristes, de los mal entendidos mientras estamos en ciudades apresuradas, de los celos por cervezas en el bar, de ti. Tan humano, tan tu, sin poderes de súper héroe. Y te quiero así. Para siempre, porque amor, es justo esto lo que siempre soñé.
Inspirada a las 12:48 AM escuchando Something just like this de Coldplay, luego de un día lleno de amor junto al amor de mi vida. Así es, a veces ni yo misma me soporto con este amor que me viene dando vida desde hace dos años ya.