martes, 10 de agosto de 2010

And she's back.

Había vuelto, y había traido un mar de mentiras, de asco y de perturbación.
Cada vez que tiraba de la cadena del retrete iban restos de mi alma, de mi conciencia y de mi propia perturbacion. Estaba harta y había decidido superarme a mi misma.
Era tiempo, era necesario , ahora esto iba por mí. Ahora el mundo podía esperar. Ahora era yo.

Ella había regresado igua de hermosa y delgada, igual de perfecta. La princesa del hielo. Una princesa...
Cuando era niña siempre había soñado con ser una princesa. Recuerdo que soñaba con todas las tonterías de un castillo, un vestido perfecto, esponjado, brillante, que me ajustara a la perfección mi cuerpo de princesa, con una corona y un princípe. Las cosas, por supuesto, fueron cambiando y comencé a ver el mundo de una forma un poco más adulta, alejada de la fantasía, perdiendo la mágia. Confié en todo, pero al final me cansé de confiar y luchar y caí.

Cuando me levanté, al abrir mis ojos pude percibir que no estaba sola. Había un ángel a mi lado, que me hacía aferrarme firmemente a la vida, aunque no la deseara. Ese ángel extendío sus alas y me protegío de esa bruja maldita con disfraz de princesa. Pero ella seguía esperando cada noche para provocar mis lágrimas, para reír, para gritar y para hacerme sentir como una basura, para recordarme que tarde o temprano iba a caer de nuevo, que éste bienestar era temporal, que ella misma se vería limpiando mis lágrimas mientras me susurraba al oído lo bellos que eran mis huesos...

Pero yo era fuerte... creí serlo... lo soy. Mi fuerza de voluntad es mas fuerte que todo mi mundo. Podría temblar y yo seguiría firmemente aferrada a la vida... por mí... y por mis ángeles.
-Ligera como una pluma...- me susurraba- tan ligera que podrás volar...

And she's back.

Había vuelto, y había traido un mar de mentiras, de asco y de perturbación.
Cada vez que tiraba de la cadena del retrete iban restos de mi alma, de mi conciencia y de mi propia perturbacion. Estaba harta y había decidido superarme a mi misma.
Era tiempo, era necesario , ahora esto iba por mí. Ahora el mundo podía esperar. Ahora era yo.

Ella había regresado igua de hermosa y delgada, igual de perfecta. La princesa del hielo. Una princesa...
Cuando era niña siempre había soñado con ser una princesa. Recuerdo que soñaba con todas las tonterías de un castillo, un vestido perfecto, esponjado, brillante, que me ajustara a la perfección mi cuerpo de princesa, con una corona y un princípe. Las cosas, por supuesto, fueron cambiando y comencé a ver el mundo de una forma un poco más adulta, alejada de la fantasía, perdiendo la mágia. Confié en todo, pero al final me cansé de confiar y luchar y caí.

Cuando me levanté, al abrir mis ojos pude percibir que no estaba sola. Había un ángel a mi lado, que me hacía aferrarme firmemente a la vida, aunque no la deseara. Ese ángel extendío sus alas y me protegío de esa bruja maldita con disfraz de princesa. Pero ella seguía esperando cada noche para provocar mis lágrimas, para reír, para gritar y para hacerme sentir como una basura, para recordarme que tarde o temprano iba a caer de nuevo, que éste bienestar era temporal, que ella misma se vería limpiando mis lágrimas mientras me susurraba al oído lo bellos que eran mis huesos...

Pero yo era fuerte... creí serlo... lo soy. Mi fuerza de voluntad es mas fuerte que todo mi mundo. Podría temblar y yo seguiría firmemente aferrada a la vida... por mí... y por mis ángeles.
-Ligera como una pluma...- me susurraba- tan ligera que podrás volar...