martes, 21 de septiembre de 2021

16w'4d.

 Entrar a esa fría habitación me enchinaba la piel. Me ponía loco el corazón y me hacia obligarme a respirar a consciencia. Me emocionaba, pero aun seguía entrando con un poco de temor. 

Plática incómoda, medicamentos, cambios de vitaminas, cosas así y después la hora de la verdad.

Me subí a la camilla sin entender realmente si estaba lista para hacerlo de nuevo. Y de pronto ahí estaba todo. Ahí estaba la respuesta. Ahí estaba el tesoro al final del arcoiris. Ahora que lo pienso, si. El tesoro. El tesoro del arcoiris, Dios, quién lo diría.

No sé si estoy lista para compartir mi pequeño secretito que he guardado por tanto tiempo.

Con dudas, con miedos, con recuerdos, con lágrimas de tristeza, de alegría de emoción, de impaciencia... Uff, impaciencia. Tiempo. Que nos quede tiempo, que nos queden dos vidas. 

Y cuando escuché la explicación, cuando entendí sus palabras de pronto todo se sintió distinto.

No sé quién seas, no te he visto y aquí tienes a tu nueva, absoluta y eterna esclava. No entiendo mucho, pero puedo ver como mi completa existencia se amarra de nuevo a ti. 

Tiempo... Que por favor nos quede tiempo. 

16w'4d.

 Entrar a esa fría habitación me enchinaba la piel. Me ponía loco el corazón y me hacia obligarme a respirar a consciencia. Me emocionaba, pero aun seguía entrando con un poco de temor. 

Plática incómoda, medicamentos, cambios de vitaminas, cosas así y después la hora de la verdad.

Me subí a la camilla sin entender realmente si estaba lista para hacerlo de nuevo. Y de pronto ahí estaba todo. Ahí estaba la respuesta. Ahí estaba el tesoro al final del arcoiris. Ahora que lo pienso, si. El tesoro. El tesoro del arcoiris, Dios, quién lo diría.

No sé si estoy lista para compartir mi pequeño secretito que he guardado por tanto tiempo.

Con dudas, con miedos, con recuerdos, con lágrimas de tristeza, de alegría de emoción, de impaciencia... Uff, impaciencia. Tiempo. Que nos quede tiempo, que nos queden dos vidas. 

Y cuando escuché la explicación, cuando entendí sus palabras de pronto todo se sintió distinto.

No sé quién seas, no te he visto y aquí tienes a tu nueva, absoluta y eterna esclava. No entiendo mucho, pero puedo ver como mi completa existencia se amarra de nuevo a ti. 

Tiempo... Que por favor nos quede tiempo.