sábado, 21 de diciembre de 2013

Look for the girl with the broken smile.

Si tuviera que decirlo, creo que éste sería el momento justo.
En este momento yo sólo necesitaba un abrazo, como los que él solia darme.
Tengo que admitirlo: yo sólo deseaba sentirme amada. Sentir que aún estando quebrada, todavía alguien podía unirme con un solo abrazo.
Quería sentir que no estab sola, que le interesaba a alguien y que ese alguien haría todo, detendría el mundo por mi si fuese necesario.
Pero no era así.

Luego de tantos años, esta noche había vuelto a tener una crisis, había vuelto a sangrar historias que me dolían y había llorado mares de agua salada.
Y otra vez me sentía sola. Y no, no lo extraño a él. Extraño lo que solía hacerme sentir con un abrazo. Extraño que alguien quiera protegerme de todos, principalmente de mi misma.
Extraño que alguien me ame como el me amo, o hasta más, tal vez.

Pero no era así. Eso es todo, no lo era. Fin del capítulo, fin de la historia que nunca existió.

And she will be loved.

domingo, 15 de diciembre de 2013

¿Hasta qué?


"(...) Te digo adiós y acaso con esta despedida mi mas hermoso sueño muera dentro de mi...
pero te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti."
José Ángel Buesa

Cerrando ciclos.

"No encontré mejor final que un nuevo inicio."

sábado, 14 de diciembre de 2013

Personal: Only know you love her when you let her go.

Últimamente me pasa mucho que quiero explotar en lágrimas por cosas verdaderamente tontas.
Me ignora, lloro. Me entero de situaciones desagradables, lloro. Me siento vacía y sola, lloro.
Es patético y yo lo sé.
No sé hasta que punto él solía ser el mejor analgésico, pero hoy no está más. A veces extraño un poco la sensación de que con su abrazo todo estaba bien. Porque la verdad es que esperaba que al no estar él pronto encontraría otros brazos que también serían mi analgésico. Pero evidentemente no fue así.
Es complicado, pero supongo que yo misma me metí en ésta situación de mierda.
Siempre tendré esa duda de cómo podría haber sido mi vida a su lado.
O al lado de ese otro hombre.
Suena como si mi vida ya hubiera acabado y aunque no es así, últimamente me he sentido un tanto muerta. Como haciendo la cosas en automático.
Me había dado cuenta de que nada perdura. Nada. Por más que me esfuerce en tratar
Estaba harta: cansada de dar todo sin recibir nada a cambio. Cansada de sus constantes cambios, hasta la madre de su forma tan particular de mentirme en la cara, diciendóme que yo era especial, y creyendo esa mentira. Y luego descubrir porquería bajo sus palabras.
Y estaba harta de extrañar.
Y de desear tanto algo que evidentemente no va a pasar.
Por eso, luego de mucho pensar de pronto me cayó la idea del cielo. Bendito seas, Dios, por poner la idea en mi cabeza justo en el momento ideal. Y no, esa idea no era un suicidio. Ni tampoco estaba pensando en amarrarme a alguien por no poder tener a alguien más. Ni en cometer estupideces sin sentido.
No. Esto era algo profundo y grave. Si, muy grave.
Que sepa el cielo hasta que límites me había herido (sin saber, probablemente) para que de buenas a primeras me llegara esa idea.
Sepa el cielo hasta que grado me sentía desplazada, vacía, sola y decepcionada. Y dolida. Sobre todo eso.
En fin. El plan era alejarme. Hacerme a un lado y dejarlo tomar sus decisiones. No interferir. No estorbar. No -agregue aquí cualquier sinónimo doloroso-.
Eso era todo.
No podía enfrascarme en una competencia sin premio. No iba a ser contrincante de nadie. Nadie era premio. Nadie era nada. Y esa perra, especialmente, no era  nadie.

Goodbye my almost lover, goodbye my hopeless dream.



Cosas que entiendes a la mala.

Para eso me pinches gustabas. Para eso.

Siempre hay cosas que aprendes a la buena pero casi siempre toca aprender algo malviviendolo.
Y lo escribo así tal cual sin saber si la palabra existe o no, porque creo que asi aprendí el 99% de las lecciones que he aprendido.

Pues bien. Tengo que decir que hoy es el momento de hacer grandes diferencias. Y de tomar grandes decisiones aunque duela. Recuerdo mis tiempos de inanición en que me decía a mi misma: "si no duele, no sirve". Y creo que me convencí de eso.

Mi primera gran decisión del día: Let it be. Deja que todo pase, deja que todo sea. El tiempo y la espera lo dirán.
Segunda gran decisión del día: Hazte a un lado y que la gran decisión se tome sola. O que el la tome. O que la tome alguien más. TU NO.

Some of us have to grow up sometimes, And so if I have to I’m gonna leave you behind.


jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Y si fuera ella?

Siempre hay una persona por la que harías todo. Por quién no dudarías hacer las más impensables locuras, matarías por ella. Recorrerías kilometros solo por estar a su lado. Dejarías cosas de lado, sólo por su abrazo. Llorarías cada noche pidiendóle a Dios que mantenga a tu lado a esa persona. Dios. Sólo él sabe que haría todo por ti.

Siempre hay una persona por la cual te cortarías un brazo y tocarías marimba con el. Así es. Suena exagerado, loco, una estúpidez. Pero Dios sabe que lo haría por ti.

Siempre hay una persona con la que desearías estar el resto de tu vida si te fuera permitido. Esa persona con quién te la pasas excelente, aun sin hacer nada.
Siempre hay alguien cuya ausencia duele más que la de ningun otro ser.
Alguien a quién esperas ver en tus más oscuros momentos de tristeza.

Y cuando esa persona no está, duele.
Así me siento en este momento.

martes, 10 de diciembre de 2013

No entiendo.

Contigo todo es tan cambiante. Todo.
Un día me hablas bonito, me tratas como la única. De una forma especial.
Hay peleas de cosquillas, risas, bromas en mi sillón.
Hay besos en la frente, y tu abrazo disimulado, pasando tu brazo discretamente por  mi cuello y acercandóme a ti. Hay películas, hay canciones. Hay voces. Hay tanto.

Luego todo cambia. Todo.
Sale a relucir la frase en la que te escudas, con la que te proteges de tu  miedo. Sé que tienes miedo. Sé que sabes que podríamos escribir una gran historia. Y sé que esa historia podría no tener final. Pero claro, la palabra "compromiso" no es lo que quieres. No algo que te amarre a este sitio. Lo sé.

No entiendo...

Entiendo que no puedo suplicarle  una vez más; pero nada se detiene: sólo vivo para ti.
Dame sólo un beso que me alcance hasta morir.
Como un vicio que me duele quiero mirarte a los ojos....

martes, 3 de diciembre de 2013

Ahora sólo eres alguien a quién solía conocer....

Aún recuerdo tus últimas palabras dirigidas a mí.
Tanto enojo, rencor y despecho no se había visto antes. Fue como un flash news golpeando mi cabeza, con onomatopeyas como "kaboom" y esas cosas.

Hoy, a muchos días (no sé cuantos, exactamente) de tu ausencia quiero tomarme la molestia de desperdiciar mi tiempo en ti.
Pues bien, comenzaré diciendo que no me siento mal con las decisiones que tomé.
Si, quería casarme. Estaba emocionada y feliz con todos los preparativos que yo sola estaba realizando. Luego me di cuenta de que a ti te emocionaba pero comencé a temer: ¿es en realidad lo que quiero? ¿Quiero una fiesta en grande, o quiero un matrimonio para siempre? ¿Es él en realidad lo que quiero? ¿Podré vivir toda la vida con sus miedos, inseguridades y complejos?... La respuesta hoy es clara.
Evidentemente no pude.

Gracias por ser lo que quise, en el momento. Sabes que en tu tiempo en mi vida fuiste tú a quién amé. Por ti hice cosas estúpidas sin pensar en las consecuencias. Hice cosas locas, me aventuré a romper mi zona de confort y te entregué mucho más de lo que me tenía permitido dar. Pero las cosas funcionan en medida del compromiso que los dos hicimos para funcionar. Sabes que al final las cosas no estaban bien. De hecho eran una mierda, una mierda que los dos tratamos de rescatar, estirando de más las cuerdas. Y se rompió.
No te escribo para hacerte sentir mal, para hacerte sufrir y llorar, porque yo misma dejé de sentir eso.
Ya no estoy enojada. Ya te perdoné por hablarme como lo hiciste y tocar los puntos frágiles de mi ser. Pero el hecho de que ya no esté enojada y te haya disculpado no quiere decir que quiero o querré regresar a intentarlo a tu lado. No.
Quiero decir, estoy dejandóte ir. A ti y a lo que me representas.
Y estoy decidiendo estar bien, quedarme con los recuerdos y cosas positivas, y deshacerme de lo negativo. No lo quiero.
Te deseo felicidad, amor y estabilidad. Y te lo deseo lejos de mi.
Gracias por todo lo que me diste, aprendizajes, experiencias, sensaciones. Por todo. Pero hoy ya no lo quiero.

Sin más que decir.

P.

domingo, 20 de octubre de 2013

Las mejores historias se escriben desde el fondo de un corazón roto...

Ella estaba quebrada. Una vez más. Más quebrada que nunca. Más torcida. Más violentada. Más dolida.
Habías decidido dañarme con toda la planeación.
No era necesario que mintieras, ¿sabes?
Aún con el dolor que estoy sintiendo, con la rabia, el enojo y la decepción, aún con lágrimas en los ojos, aún así sé que no merecía ésto.
Siempre fui más de lo que nunca tuviste. Te traté como nunca te trataron. Te quise (me atrevo a decir) más de lo que nunca nadie te quiso.
No merezco ésto.
No tendría que llorar por ésta basura, no tendría que llorar por tus actos. No tendrías que prometer basura que no eres capáz de cumplir.
Y no tendría que darme cuenta de la realidad de ésta forma.
No.

Hice todo.
Y nada funcionó.
Odio sentir lo que siento, odio seguir aquí para ti y odio sentir mi corazón rompiendóse.
Es ridículo decirlo. Es estúpido sentir la autocompasión que estoy sintiendo por mi misma en éste momento, pero sé que tu no lo harás.
¿Cómo iba a saberlo? Oh, ¿cómo iba a saberlo? ¿Cómo iba a saber que tu cuento estúpido no era la basura que yo pretendía que sería? ¿Cómo iba a saber que no entiendes lo que es querer a alguien de una forma tan pura? ¿Cómo rayos?

Odio sentir esto, pero al final sé que habrá algo bueno.
Los mejores aprendizajes salen de las peores situaciones, y las mejores historias siempre se escriben desde el fondo de un corazón roto.


viernes, 11 de octubre de 2013

Final.

El final había llegado. Luego de tantas cosas, luego de tantas lágrimas la noche anterior.
Muchas veces le habían advertido: no es bueno esperar algo de las personas. Si no cumplen las expectativas es probable que duela. Pero claro,ella, obstinada como siempre; había decidido ir más allá y entregarse por completo. Ponía a su disposición su tiempo, sus recursos, sus ganas y sus fuerzas. Había cancelado varias veces compromisos importantes por quedarse tumbada en su colchón una hora más.
Erronéamente había puesto todo cuanto tenía a sus pies.
Erronéamente, por que a él nunca le importó.
De pronto, sin más, a ella se le cayó la venda de los ojos: había buscado tanto tiempo avanzar un poco más y nunca lograba llegar a ningun lado. Estaba cansada. Esta vez había llegado al límite.
Había notado que a el no me importaba cancelarle a ella, no le importaba hacerla esperar horas por una llamada. No le importaba ilusionarla con palabras y romper su corazón (otra vez) con hechos.

Esta vez había sido suficiente. Esta vez primero era ella.
Y así acabó la historia.
Con lágrimas, igual a como había empezado. Con una ilusión que siempre vuelve, con lágrimas, con la decisión firmemente plantada. Con ella mandando al diablo todo, harta de todo.

Y aún así, solo se me ocurre amarte.

lunes, 7 de octubre de 2013

De esas cosas que se encuentran por casualidad...

“Se rompieron el corazón
de mutuo acuerdo.
No pueden estar juntos.
No quieren estar juntos,
porque si en verdad lo quisieran
lo intentarían todo, pero no.
Ambos son sensatos,
realistas y demasiado
románticos como para
arriesgarse a perder
todo “sólo” por intentarlo.”
Mayra Zepeda

domingo, 6 de octubre de 2013

Un ser más.

Ella lo miró, con la misma mirada con la que lo miraba siempre: con ojos de estúpida enamorada.
Lo miro con defectos y virtudes, con aciertos y errores, y de repente, así nadamás pudo notar que ya no lo idealizaba con la imagen perfecta del perfecto amor soñado.

Se dió cuenta de que lo quería, igual que ayer, igual que siempre. Pero ésta vez había algo distinto: era consciente de que así como estaba él, igual estaban otros más.
Se dió cuenta de sus fortalezas como mujer: no era una barbie, pero sabía que tenía cosas interesantes que ofrecer. Lo más importante: ella estaba amandóse más que nunca antes.
Estaba preparada para superarlo. Ella se había jurado a si misma, había pedido a Dios muchas veces, había hecho lo impensable por dejar de amarlo. Y un día ocurrió. Así como cuando era pequeña y un día era agradable jugar con sus muñecas y al día siguiente comenzó a dejarlo. Así.
Pudo notar que dentro de sí misma había aprendido que el autoamor es lo único que queda al final de día. Que no importa las idioteces que ha hecho, las veces que se ha arrepentido de algún acto, las cosas que han salido de su boca, ella se había perdonado todo. Porque para amar se necesita perdonar. Y para amar a alguien más es necesario amarse primero a sí misma.

-¿Porqué me ves así? - preguntó él, con la voz llena de intriga.

-Nunca había notado que me gusta tu cabello- dijo ella, despeinandolo mientras una sonrisa le colgaba del rostro -me gustas, de verdad me gustas. Así como me gusta ir a caminar, soplar dientes de león y el chocolate caliente en tiempo de frío. Pero no te sientas seguro. He esperado tanto tiempo que un día, sin más, también me guste yo. Suena torpe, ¿verdad? Noté que el único motivo por el cual no me quieres es porque antes no me quise yo. Lo siento, ¡que tonta! No entiendo porque te lo digo, pero igual; ahora ya lo sabes.

-¿Quién dice que no te quiero?- susurró, bajando la mirada como huyendo del confrontamiento que las palabras de la chica causaron en el.

-Pues tu manera de querer es distinta a lo que esperaba. Pero no te preocupes, no es un reclamo. Es solo que hoy, que me quiero tanto; he entendido que nadie nunca va a quererme como me quiero yo.

Finchel.

Rachel:  ¿No lo entiendes? No importa cuán rica, o famosa, o exitosa me vuelva; cuando se trata de tí... yo... siempre seré la chica con la luna en los ojos... la que te asustó en nuestro primer ensayo del coro. Fuiste el primer chico que me hizo sentir amada... y sexy... y visible. Eres mi primer amor... y quiero más que nada en el mundo que seas mi último. Pero no puedo hacer esto más.


domingo, 22 de septiembre de 2013

Fragmento.

"Esa noche su plegaria sería diferente, y no hacía falta que ella explicara porqué. Simplemente había decidido abandonar toda lucha (imaginaria o no) con todos los ex amores que le impedían llegar hasta el corazón de ese chico. Alguna vez ella había prometido no quitar el dedo del renglón porque sabía dentro de sí que ella podría hacerlo feliz. Pero ella no contaba con un factor decisivo para lograr lo que se había propuesto: el no quería ser feliz con ella.
Sin más, elevó sus palabras deseando que ese Ser supremo estuviera disponible esa noche para escucharla:
-Señor, sé que sabes todos los deseos que guardo en mi corazón, pero hoy no quiero pedirte por ninguno de ellos. Hoy hay algo especial. Lo he querido desde que puedo recordarlo. He deseado tanto su compañía, he creído con seguridad que yo podría hacerlo feliz. Hoy supe que no es así. Supe que aunque lo intentaramos hay cosas que jamás podría darle. Cosas que sé que el busca pero no en mi. Me duele admitir que estuve tan cerca y a la vez tan lejos, me duele pensar que juraba tener todo para hacerl feliz. Dios, por favor, haz que deje de quererlo. Ya no quiero quererlo de esta forma, no quiero tener ese estandar de "hombre perfecto" en mi cabeza y buscar siempre llenarlo, porque no existe nadie como él. Quita de mi cualquier sentimiento de amor  hacia el, porque sé que nunca va a corresponderlo. Sé que nunca seré el paquete completo para él. Hoy lo entendí y hoy quiero dejar de quererlo.-

Sin saberlo, esa noche dio el primer paso a algo nuevo, que desconocía y temía pero sabía que había llegado el momento de iniciar. Ese día se prometió a si misma dos cosas: 1) Todo seguiría igual, su relación no cambiaría y 2) No volvería a permitirse sentir toda aquella basura que algunos llamaban amor, porque dentro de su cabeza había entendido que el amor no existe."

-Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro-

domingo, 4 de agosto de 2013

Si me hubieras amado.

Y nos encontramos una vez más usando la misma excusa, ya desgastada de tanto uso. Otra vez poniendo límites Otra vez queriendo darle la vuelta al asunto.
Los dos lo sabemos, hubiera sido tan distinto.
Si me hubieras amado como te amé hoy no estaría aquí.
Dice una vieja frase:
"El amor sin admiración es sólo amistad"
George Sand.

lunes, 3 de junio de 2013

I set fire to the rain.

Le prendí fuego a la lluvia y nos arrojé a las llamas, entonces sentí algo morir porque sabía que esa era la última vez. La última vez.
La última. Lo había hecho.
Di el tiro de gracia a la última hebra.
Estiramos tanto ésta cuerda, tanto que hoy nos esforzábamos por no soltar los restos de lo que en algún momento era una cuerda fuerte. Hoy no era nada más que hebras rotas.

Entonces lo hice. Di el tiro de gracia y nos vi morir. Vi como los dos tuvimos el mismo dolor, las mismas lágrimas, el mismo sufrir. Y eso es lo que esperaba. Ponerle sal a la herida para poderla sanar.
Nos arroje a las llamas.
Sentí el fuego quemándonos, sin soltar tu mano ni un solo momento. Los dos habíamos decidido seguir juntos, la decisión más patológica que jamás había tomado, ahí estaba; frente a mis ojos. 
Sentí como con mis manos atrapaba tu último suspiro, luego de morir calcinados ante la ira.

Y después de mucho nos vi volver.
Si el ave fénix lo hacía, ¿porqué nosotros no?

Ardió mientras lloraba porque la escuché gritar tu nombre.


domingo, 2 de junio de 2013

Everyone has a secret...

Lo había decidido.
Por sobre todas las cosas.
Sobre el futuro.
Sobre los planes.
Sobre el perfecto vestido blanco que usaría un año después.
Sobre la promesa del -sí, acepto.
Sobre lo que venía.
Sobre todo.

Lo había decidido.
Iba a hacer realidad una de esas locuras de las películas apasionadas y románticas.
Nunca había podido mantenerme firma a mis promesas: esas promesas que me hacía todo el tiempo.
Sabía en el fondo -si, lo sabía- que tu también lo sabías.
Que siempre lo supiste, que todo fue una mala broma.
Sabía que así debía ser desde el principio de los tiempos.

Y yo iba a hacerlo realidad.

Everyone has a secret but can they keep it? Oh no they can't.

Recuerdos.

¿Quién te dijo que yo no luché por ti? Que bajé los brazos dejando entrar el fracaso....

Mientras lo decía no había podido mirarlo a los ojos.
Le había mentido.

El no sabía, pero mi perfecto discurso fluido había sido ensayado mil veces frente al espejo.

Era tan convincente que por un momento dudé de mis verdaderos deseos.

-...Y así fue como lo decidí- Dije, mientras podía ver como se quebraba frente a mis ojos.
Era hasta cierto punto un dolor masoquista, que me dolía pero sentía que era justo.
Yo sólo quería devolverle el sabor que me provocó a mi también.


El ni siquiera me había considerado. Nunca. Jamás. Nunca jamás de los jamáces.

Y ahí estaba yo. Una pequeña mentirosa que había ideado un discurso tan pulcro que yo misma había creído. Me aferraba a esa idea cada noche. No lo deseaba, pero lo había decidido.
Nadie tenía porque saberlo, lo mejor de un secreto es saber guardarlo bien para que sea un secreto de verdad. Había decidido que así iba a ser hasta el final de mis días. Entonces entendería, el amor más real es aquel que permite ser feliz aun sabiendo que no iba a consumarse.

Todo ésto surgió dentro de mi cabeza en menos de un segundo. No hacía falta repetírmelo una vez más, lo hacía cada noche; incluso lo había hecho ésta mañana mientras me visualizaba de aquella manera.
De pronto volví mi mirada a la suya. Había lágrimas en sus ojos y pude ver y sentir cómo se rompía algo en su pecho.
Al mirar esa escena algo se rompió en mi también. No pude decirlo (ni admitirlo)  pero en mí también había lágrimas de tristeza. Esa noche en la penumbra yo lloraba por ésto. Porque era demasiado tarde, porque ni siquiera lo intentó. Porque yo podría serlo... Yo lo era... Yo lo sabía, pero jamás me ... 
Vale, éstas palabras estaban de más. Decidí dejar el asunto así nadamás. En cuanto me fue permitido decidí salir de ahí, ese lugar donde había desechado toda mi basura, para llenarme de más. Y así me sentí triunfadora, aun con esas lágrimas, aún con el dolor, sobre todo eso me sabía ganadora.
Después de todo, a veces ganar significa ser destruido.

viernes, 3 de mayo de 2013

Personal: Te extraño.

Era un hecho: había alguien más.
No sabía si alegrarme, si llorar, o desearle suerte a esa chica.

No, no estaba hablando de una amante en mi noviazgo, no estaba hablando de eso. No.

Estaba hablando de esa perfecta sincronía que hoy se rompía.
Y yo que creía que esto era algo más, bah, el había encontrado a su chica perfecta.
Y yo la odiaba. Eso era un hecho también.
El había decidido ver en ella todo lo que no veía en mi. O eso pensaba yo.

No sé, yo había decidido pensar que todo estaba jodido, que ella era más que yo. En realidad no quería que nadie fuera más que yo frente a sus ojos. Yo lo quería, lo había querido desde el primer momento en que lo conocí. Lo quería para siempre en mi vida, ni siquiera de forma erótica o sexual, no. Lo quería con amor genuino, quería tener siempre esos abrazos reales que parecían un detector de estado de ánimo.

Creo que me hubiera gustado quedarme por siempre en esa etapa. Pero no. Las reglas de la vida dictan muy claramente que tienes que crecer. Encontrar a alguien, casarte, tener hijos y esas cosas.
Estaba entrando en esa crisis de los 20, en la que extrañas a tus amigos porque cualquier cosa (llamese escuela, trabajo, novio celoso, madre frustrada o esa mierda que algunos llaman opiniones sociales) conspiran para que dejes de ver a esa gente que quieres.

Si, yo lo entendía: a esa bruja hippie la tenía a su lado todo el tiempo. Con ella tenía aventuras geniales, se iban de viaje y esa basura. Pero fuera de eso, ¿qué?.
Y claro, yo con mi autoestima del tamaño de una nuez solo podía pensar ¿cómo puedo luchar contra eso?

No soy perfecta, nunca lo he sido y cuando pretendí serlo me arrepentí mucho. Estoy totalmente consiente de lo que puedo y no puedo ofrecerte, pero sabes que siempre te quise. Sabes que siempre estuve (y estaré, quiero recalcarlo) para ti.
Sabes que si un día te sientes mal puedes venir y en mis brazos vas a encontrar un abrazo sincero. Sabes que no puedo engañarte cuando la cagues, pero sabes también que tampoco voy a juzgarte.
Sabes que te quiero, que te he querido desde hace mucho tiempo atrás y sabes que te querré.

Sabes que eres mi amigo, el mejor de todos. Sabes que eres mi hermano.
Y sabes que quiero que te quedes. Siempre. Que permanezcas.
Sabes que te quiero.





lunes, 29 de abril de 2013

Personal: Coraje.

Solo una persona podría envenenar mi corazón de nuevo.
Solo una: el mismo que alguna vez lo había salvado.

Ya lo había decidido. Yo iba a terminar y el iba ser quién me matara.

domingo, 28 de abril de 2013

De muchas formas estaba harta.
Lo amaba, sí, pero estaba harta de la forma en que el presionaba.
Se sentía tan fuerte, como si sujetara mis brazos hasta poder ver sus nudillos blancos de ira. Había provocado mis últimos tres ataques de pánico y la verdad es que ya ni siquiera me sentía segura de querer.

Dice una canción "puedes volverte adicto a cierto tipo de tristeza" pues bien, eso me estaba pasando a mi: me estaba volviendo adicta a esta situación de mierda.

Tenía ganas de lograr algo lindo y la verdad es que el plan era bastante bueno. El resultado lo visualizaba bien: perfecto, hermoso, emotivo, el gran cierre de la gran noche. Pero claro, a el no le bastaba eso.
Para ser sincera, ya no sabía que mierda quería obtener de mi.

Asi pasa cuando tienes un buen plan de un gran detalle para alguien cuya mente está enferma.
Asi es cuando ese alguien tiene cualquier clase de porquería en la cabeza.

Dios, me siento tan invadida. Tan violentada.

Quiero llorar.

P.

[No estoy enojada. Estoy herida, esa es la diferencia]


domingo, 21 de abril de 2013

Personal: Siempre hay decisiones que tomar.

Había decidido que no me iba a importar.
Estaba molesta, triste, decepcionada, cansada (hasta la madre hubiera sido una buena descripción, pero estoy en una pequeña campaña personal para reducir el número de malas palabras que digo). Mi psicóloga había dicho (hacía algunos años atrás) que era bueno darle nombre a los sentimientos y emociones. Pues bien, ahí estaba yo tratando de explicarle a ese orangután con la sensibilidad de un ausente lo que estaba pasandome.

Estaba cansada.
De reclamos, de peleas, de rencores, de momentos como éste, de su control. Como si no le bastara el había decidido decidir ésto. Por más pendejo que suene, así fue.

Había decidido querer (o al menos intentar) ocultarme la obviedad de las cosas. Había querido contarme una historia (media pendeja, a medias y con tintes bizarros) que ni siquiera el mismo creía. Y yo había decidido ignorar todo aquel circo.
Es por esto que estaba cansada.
La cereza del pastel fue cuando me encontré a mi misma confundida al respecto.
¿Y si así sería toda la vida? No sé, pero "toda la vida" suena como mucho tiempo....

En ese momento lo noté: SIEMPRE hay decisiones que tomar. Y un solo evento, un acontecimiento, un nuevo suceso te cambia la perspectiva. Yo lo sé. A mi me pasó.
No sé como, porque, cuando o donde, pero sé que tengo que cambiar algo.
Si, a huevo. Siempre hay decisiones que tomar.
SIEMPRE.
Puto "siempre".



sábado, 9 de marzo de 2013

Epifanía.

Solos tu y yo, descubriéndonos... Despeinando a besos tanto amor...

Habitación tres.
Segundo piso, en el pasillo vuelta a la izquierda.

Sábanas de flores amarillas con fondo azul.
Una cama, un clóset blanco, enorme. Un baño. Una televisión que jamás supimos encender pero ni siquiera lo necesitamos.
Sus labios presionando dulcemente los míos.
Sus brazos rodeándome firme pero suavemente.
Sus "te amo". Mis "te amo más".
Mis ganas de congelar éste momento. De apagar el mundo, de silenciar todo. De retener en mi memoria los sonidos que los dos conocimos ese día.
De pausar todo un segundo, de que no anocheciera nunca. De evitar cada vez más el "hasta luego" que ambos sabía que vendría luego. Mis ganas de apresurar el tiempo y tenerte de vuelta a mi lado.
Mis deseos de seguir amándote hasta quedarme sin fuerzas, como cuando cierras el puño tanto que los nudillos te quedan blancos. Así yo: amarte hasta que las fuerzas me falten.

Habitame siempre, amor. Solos tu y yo, descubriéndonos. Despeinando a besos tanto, tanto amor.




jueves, 7 de marzo de 2013

Ma quando arriva la notte, la notte, e resto sola con me...

Te odio.
Odio la forma en la que olvidas a la gente.
Odio tu puto ego más grande que la distancia.
Odio saber que no me extrañas como yo lo hago.
Odio que me sustituyas por esa perra de risos ligeros y sonrisa falsa.
La odio a ella.
Odio que prefieras tener aventuras de viajes, de sonrisas y canciones con alguien más que no sea yo.
Odio quererte tanto.
Odio llorar porque siento que me faltas.
Odio acostumbrarme a tenerte en mi vida.
Odio que te quiera tanto como a un hermano.
Odio saber que ni siquiera vas a leer esto, y si lo llegaras a hacer, odio saber que no vas a decir o hacer algo.
Odio que cuando me ves haces como que no pasa nada.
Odio meterme en tantos líos por ti y que para ti no sea nada.
Odio que piensen mal acerca de los dos y saber que cada día nos alejamos más.
Odio no tenerte en la puerta de a lado del salón 212 del edificio 7 de mi universidad.
Odio extrañar llorar contigo, por más patético que eso suene.
Odio sentir que se pasa el tiempo y elegiste tomar caminos lejanos al mío.
Odio saber que siendo mi mejor amigo me he perdido las mejores partes de tu vida.
Odio sentirme tan mal por eso.
Odio extrañarte como una desquiciada.
Odio no escucharte en muchos días y cuando lo hago, odio que te portes indiferente.
Odio que seas mi mejor amigo, al que veo una vez al mes. 

...putamadre! Ya vuelve a mi vida.

Te extraño u_u. 


Look for the girl with the broken smile.

Si tuviera que decirlo, creo que éste sería el momento justo.
En este momento yo sólo necesitaba un abrazo, como los que él solia darme.
Tengo que admitirlo: yo sólo deseaba sentirme amada. Sentir que aún estando quebrada, todavía alguien podía unirme con un solo abrazo.
Quería sentir que no estab sola, que le interesaba a alguien y que ese alguien haría todo, detendría el mundo por mi si fuese necesario.
Pero no era así.

Luego de tantos años, esta noche había vuelto a tener una crisis, había vuelto a sangrar historias que me dolían y había llorado mares de agua salada.
Y otra vez me sentía sola. Y no, no lo extraño a él. Extraño lo que solía hacerme sentir con un abrazo. Extraño que alguien quiera protegerme de todos, principalmente de mi misma.
Extraño que alguien me ame como el me amo, o hasta más, tal vez.

Pero no era así. Eso es todo, no lo era. Fin del capítulo, fin de la historia que nunca existió.

And she will be loved.

¿Hasta qué?


"(...) Te digo adiós y acaso con esta despedida mi mas hermoso sueño muera dentro de mi...
pero te digo adiós para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti."
José Ángel Buesa

Cerrando ciclos.

"No encontré mejor final que un nuevo inicio."

Personal: Only know you love her when you let her go.

Últimamente me pasa mucho que quiero explotar en lágrimas por cosas verdaderamente tontas.
Me ignora, lloro. Me entero de situaciones desagradables, lloro. Me siento vacía y sola, lloro.
Es patético y yo lo sé.
No sé hasta que punto él solía ser el mejor analgésico, pero hoy no está más. A veces extraño un poco la sensación de que con su abrazo todo estaba bien. Porque la verdad es que esperaba que al no estar él pronto encontraría otros brazos que también serían mi analgésico. Pero evidentemente no fue así.
Es complicado, pero supongo que yo misma me metí en ésta situación de mierda.
Siempre tendré esa duda de cómo podría haber sido mi vida a su lado.
O al lado de ese otro hombre.
Suena como si mi vida ya hubiera acabado y aunque no es así, últimamente me he sentido un tanto muerta. Como haciendo la cosas en automático.
Me había dado cuenta de que nada perdura. Nada. Por más que me esfuerce en tratar
Estaba harta: cansada de dar todo sin recibir nada a cambio. Cansada de sus constantes cambios, hasta la madre de su forma tan particular de mentirme en la cara, diciendóme que yo era especial, y creyendo esa mentira. Y luego descubrir porquería bajo sus palabras.
Y estaba harta de extrañar.
Y de desear tanto algo que evidentemente no va a pasar.
Por eso, luego de mucho pensar de pronto me cayó la idea del cielo. Bendito seas, Dios, por poner la idea en mi cabeza justo en el momento ideal. Y no, esa idea no era un suicidio. Ni tampoco estaba pensando en amarrarme a alguien por no poder tener a alguien más. Ni en cometer estupideces sin sentido.
No. Esto era algo profundo y grave. Si, muy grave.
Que sepa el cielo hasta que límites me había herido (sin saber, probablemente) para que de buenas a primeras me llegara esa idea.
Sepa el cielo hasta que grado me sentía desplazada, vacía, sola y decepcionada. Y dolida. Sobre todo eso.
En fin. El plan era alejarme. Hacerme a un lado y dejarlo tomar sus decisiones. No interferir. No estorbar. No -agregue aquí cualquier sinónimo doloroso-.
Eso era todo.
No podía enfrascarme en una competencia sin premio. No iba a ser contrincante de nadie. Nadie era premio. Nadie era nada. Y esa perra, especialmente, no era  nadie.

Goodbye my almost lover, goodbye my hopeless dream.



Cosas que entiendes a la mala.

Para eso me pinches gustabas. Para eso.

Siempre hay cosas que aprendes a la buena pero casi siempre toca aprender algo malviviendolo.
Y lo escribo así tal cual sin saber si la palabra existe o no, porque creo que asi aprendí el 99% de las lecciones que he aprendido.

Pues bien. Tengo que decir que hoy es el momento de hacer grandes diferencias. Y de tomar grandes decisiones aunque duela. Recuerdo mis tiempos de inanición en que me decía a mi misma: "si no duele, no sirve". Y creo que me convencí de eso.

Mi primera gran decisión del día: Let it be. Deja que todo pase, deja que todo sea. El tiempo y la espera lo dirán.
Segunda gran decisión del día: Hazte a un lado y que la gran decisión se tome sola. O que el la tome. O que la tome alguien más. TU NO.

Some of us have to grow up sometimes, And so if I have to I’m gonna leave you behind.


¿Y si fuera ella?

Siempre hay una persona por la que harías todo. Por quién no dudarías hacer las más impensables locuras, matarías por ella. Recorrerías kilometros solo por estar a su lado. Dejarías cosas de lado, sólo por su abrazo. Llorarías cada noche pidiendóle a Dios que mantenga a tu lado a esa persona. Dios. Sólo él sabe que haría todo por ti.

Siempre hay una persona por la cual te cortarías un brazo y tocarías marimba con el. Así es. Suena exagerado, loco, una estúpidez. Pero Dios sabe que lo haría por ti.

Siempre hay una persona con la que desearías estar el resto de tu vida si te fuera permitido. Esa persona con quién te la pasas excelente, aun sin hacer nada.
Siempre hay alguien cuya ausencia duele más que la de ningun otro ser.
Alguien a quién esperas ver en tus más oscuros momentos de tristeza.

Y cuando esa persona no está, duele.
Así me siento en este momento.

No entiendo.

Contigo todo es tan cambiante. Todo.
Un día me hablas bonito, me tratas como la única. De una forma especial.
Hay peleas de cosquillas, risas, bromas en mi sillón.
Hay besos en la frente, y tu abrazo disimulado, pasando tu brazo discretamente por  mi cuello y acercandóme a ti. Hay películas, hay canciones. Hay voces. Hay tanto.

Luego todo cambia. Todo.
Sale a relucir la frase en la que te escudas, con la que te proteges de tu  miedo. Sé que tienes miedo. Sé que sabes que podríamos escribir una gran historia. Y sé que esa historia podría no tener final. Pero claro, la palabra "compromiso" no es lo que quieres. No algo que te amarre a este sitio. Lo sé.

No entiendo...

Entiendo que no puedo suplicarle  una vez más; pero nada se detiene: sólo vivo para ti.
Dame sólo un beso que me alcance hasta morir.
Como un vicio que me duele quiero mirarte a los ojos....

Ahora sólo eres alguien a quién solía conocer....

Aún recuerdo tus últimas palabras dirigidas a mí.
Tanto enojo, rencor y despecho no se había visto antes. Fue como un flash news golpeando mi cabeza, con onomatopeyas como "kaboom" y esas cosas.

Hoy, a muchos días (no sé cuantos, exactamente) de tu ausencia quiero tomarme la molestia de desperdiciar mi tiempo en ti.
Pues bien, comenzaré diciendo que no me siento mal con las decisiones que tomé.
Si, quería casarme. Estaba emocionada y feliz con todos los preparativos que yo sola estaba realizando. Luego me di cuenta de que a ti te emocionaba pero comencé a temer: ¿es en realidad lo que quiero? ¿Quiero una fiesta en grande, o quiero un matrimonio para siempre? ¿Es él en realidad lo que quiero? ¿Podré vivir toda la vida con sus miedos, inseguridades y complejos?... La respuesta hoy es clara.
Evidentemente no pude.

Gracias por ser lo que quise, en el momento. Sabes que en tu tiempo en mi vida fuiste tú a quién amé. Por ti hice cosas estúpidas sin pensar en las consecuencias. Hice cosas locas, me aventuré a romper mi zona de confort y te entregué mucho más de lo que me tenía permitido dar. Pero las cosas funcionan en medida del compromiso que los dos hicimos para funcionar. Sabes que al final las cosas no estaban bien. De hecho eran una mierda, una mierda que los dos tratamos de rescatar, estirando de más las cuerdas. Y se rompió.
No te escribo para hacerte sentir mal, para hacerte sufrir y llorar, porque yo misma dejé de sentir eso.
Ya no estoy enojada. Ya te perdoné por hablarme como lo hiciste y tocar los puntos frágiles de mi ser. Pero el hecho de que ya no esté enojada y te haya disculpado no quiere decir que quiero o querré regresar a intentarlo a tu lado. No.
Quiero decir, estoy dejandóte ir. A ti y a lo que me representas.
Y estoy decidiendo estar bien, quedarme con los recuerdos y cosas positivas, y deshacerme de lo negativo. No lo quiero.
Te deseo felicidad, amor y estabilidad. Y te lo deseo lejos de mi.
Gracias por todo lo que me diste, aprendizajes, experiencias, sensaciones. Por todo. Pero hoy ya no lo quiero.

Sin más que decir.

P.

Las mejores historias se escriben desde el fondo de un corazón roto...

Ella estaba quebrada. Una vez más. Más quebrada que nunca. Más torcida. Más violentada. Más dolida.
Habías decidido dañarme con toda la planeación.
No era necesario que mintieras, ¿sabes?
Aún con el dolor que estoy sintiendo, con la rabia, el enojo y la decepción, aún con lágrimas en los ojos, aún así sé que no merecía ésto.
Siempre fui más de lo que nunca tuviste. Te traté como nunca te trataron. Te quise (me atrevo a decir) más de lo que nunca nadie te quiso.
No merezco ésto.
No tendría que llorar por ésta basura, no tendría que llorar por tus actos. No tendrías que prometer basura que no eres capáz de cumplir.
Y no tendría que darme cuenta de la realidad de ésta forma.
No.

Hice todo.
Y nada funcionó.
Odio sentir lo que siento, odio seguir aquí para ti y odio sentir mi corazón rompiendóse.
Es ridículo decirlo. Es estúpido sentir la autocompasión que estoy sintiendo por mi misma en éste momento, pero sé que tu no lo harás.
¿Cómo iba a saberlo? Oh, ¿cómo iba a saberlo? ¿Cómo iba a saber que tu cuento estúpido no era la basura que yo pretendía que sería? ¿Cómo iba a saber que no entiendes lo que es querer a alguien de una forma tan pura? ¿Cómo rayos?

Odio sentir esto, pero al final sé que habrá algo bueno.
Los mejores aprendizajes salen de las peores situaciones, y las mejores historias siempre se escriben desde el fondo de un corazón roto.


Final.

El final había llegado. Luego de tantas cosas, luego de tantas lágrimas la noche anterior.
Muchas veces le habían advertido: no es bueno esperar algo de las personas. Si no cumplen las expectativas es probable que duela. Pero claro,ella, obstinada como siempre; había decidido ir más allá y entregarse por completo. Ponía a su disposición su tiempo, sus recursos, sus ganas y sus fuerzas. Había cancelado varias veces compromisos importantes por quedarse tumbada en su colchón una hora más.
Erronéamente había puesto todo cuanto tenía a sus pies.
Erronéamente, por que a él nunca le importó.
De pronto, sin más, a ella se le cayó la venda de los ojos: había buscado tanto tiempo avanzar un poco más y nunca lograba llegar a ningun lado. Estaba cansada. Esta vez había llegado al límite.
Había notado que a el no me importaba cancelarle a ella, no le importaba hacerla esperar horas por una llamada. No le importaba ilusionarla con palabras y romper su corazón (otra vez) con hechos.

Esta vez había sido suficiente. Esta vez primero era ella.
Y así acabó la historia.
Con lágrimas, igual a como había empezado. Con una ilusión que siempre vuelve, con lágrimas, con la decisión firmemente plantada. Con ella mandando al diablo todo, harta de todo.

Y aún así, solo se me ocurre amarte.

De esas cosas que se encuentran por casualidad...

“Se rompieron el corazón
de mutuo acuerdo.
No pueden estar juntos.
No quieren estar juntos,
porque si en verdad lo quisieran
lo intentarían todo, pero no.
Ambos son sensatos,
realistas y demasiado
románticos como para
arriesgarse a perder
todo “sólo” por intentarlo.”
Mayra Zepeda

Un ser más.

Ella lo miró, con la misma mirada con la que lo miraba siempre: con ojos de estúpida enamorada.
Lo miro con defectos y virtudes, con aciertos y errores, y de repente, así nadamás pudo notar que ya no lo idealizaba con la imagen perfecta del perfecto amor soñado.

Se dió cuenta de que lo quería, igual que ayer, igual que siempre. Pero ésta vez había algo distinto: era consciente de que así como estaba él, igual estaban otros más.
Se dió cuenta de sus fortalezas como mujer: no era una barbie, pero sabía que tenía cosas interesantes que ofrecer. Lo más importante: ella estaba amandóse más que nunca antes.
Estaba preparada para superarlo. Ella se había jurado a si misma, había pedido a Dios muchas veces, había hecho lo impensable por dejar de amarlo. Y un día ocurrió. Así como cuando era pequeña y un día era agradable jugar con sus muñecas y al día siguiente comenzó a dejarlo. Así.
Pudo notar que dentro de sí misma había aprendido que el autoamor es lo único que queda al final de día. Que no importa las idioteces que ha hecho, las veces que se ha arrepentido de algún acto, las cosas que han salido de su boca, ella se había perdonado todo. Porque para amar se necesita perdonar. Y para amar a alguien más es necesario amarse primero a sí misma.

-¿Porqué me ves así? - preguntó él, con la voz llena de intriga.

-Nunca había notado que me gusta tu cabello- dijo ella, despeinandolo mientras una sonrisa le colgaba del rostro -me gustas, de verdad me gustas. Así como me gusta ir a caminar, soplar dientes de león y el chocolate caliente en tiempo de frío. Pero no te sientas seguro. He esperado tanto tiempo que un día, sin más, también me guste yo. Suena torpe, ¿verdad? Noté que el único motivo por el cual no me quieres es porque antes no me quise yo. Lo siento, ¡que tonta! No entiendo porque te lo digo, pero igual; ahora ya lo sabes.

-¿Quién dice que no te quiero?- susurró, bajando la mirada como huyendo del confrontamiento que las palabras de la chica causaron en el.

-Pues tu manera de querer es distinta a lo que esperaba. Pero no te preocupes, no es un reclamo. Es solo que hoy, que me quiero tanto; he entendido que nadie nunca va a quererme como me quiero yo.

Finchel.

Rachel:  ¿No lo entiendes? No importa cuán rica, o famosa, o exitosa me vuelva; cuando se trata de tí... yo... siempre seré la chica con la luna en los ojos... la que te asustó en nuestro primer ensayo del coro. Fuiste el primer chico que me hizo sentir amada... y sexy... y visible. Eres mi primer amor... y quiero más que nada en el mundo que seas mi último. Pero no puedo hacer esto más.


Fragmento.

"Esa noche su plegaria sería diferente, y no hacía falta que ella explicara porqué. Simplemente había decidido abandonar toda lucha (imaginaria o no) con todos los ex amores que le impedían llegar hasta el corazón de ese chico. Alguna vez ella había prometido no quitar el dedo del renglón porque sabía dentro de sí que ella podría hacerlo feliz. Pero ella no contaba con un factor decisivo para lograr lo que se había propuesto: el no quería ser feliz con ella.
Sin más, elevó sus palabras deseando que ese Ser supremo estuviera disponible esa noche para escucharla:
-Señor, sé que sabes todos los deseos que guardo en mi corazón, pero hoy no quiero pedirte por ninguno de ellos. Hoy hay algo especial. Lo he querido desde que puedo recordarlo. He deseado tanto su compañía, he creído con seguridad que yo podría hacerlo feliz. Hoy supe que no es así. Supe que aunque lo intentaramos hay cosas que jamás podría darle. Cosas que sé que el busca pero no en mi. Me duele admitir que estuve tan cerca y a la vez tan lejos, me duele pensar que juraba tener todo para hacerl feliz. Dios, por favor, haz que deje de quererlo. Ya no quiero quererlo de esta forma, no quiero tener ese estandar de "hombre perfecto" en mi cabeza y buscar siempre llenarlo, porque no existe nadie como él. Quita de mi cualquier sentimiento de amor  hacia el, porque sé que nunca va a corresponderlo. Sé que nunca seré el paquete completo para él. Hoy lo entendí y hoy quiero dejar de quererlo.-

Sin saberlo, esa noche dio el primer paso a algo nuevo, que desconocía y temía pero sabía que había llegado el momento de iniciar. Ese día se prometió a si misma dos cosas: 1) Todo seguiría igual, su relación no cambiaría y 2) No volvería a permitirse sentir toda aquella basura que algunos llamaban amor, porque dentro de su cabeza había entendido que el amor no existe."

-Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro-

Si me hubieras amado.

Y nos encontramos una vez más usando la misma excusa, ya desgastada de tanto uso. Otra vez poniendo límites Otra vez queriendo darle la vuelta al asunto.
Los dos lo sabemos, hubiera sido tan distinto.
Si me hubieras amado como te amé hoy no estaría aquí.
Dice una vieja frase:
"El amor sin admiración es sólo amistad"
George Sand.

I set fire to the rain.

Le prendí fuego a la lluvia y nos arrojé a las llamas, entonces sentí algo morir porque sabía que esa era la última vez. La última vez.
La última. Lo había hecho.
Di el tiro de gracia a la última hebra.
Estiramos tanto ésta cuerda, tanto que hoy nos esforzábamos por no soltar los restos de lo que en algún momento era una cuerda fuerte. Hoy no era nada más que hebras rotas.

Entonces lo hice. Di el tiro de gracia y nos vi morir. Vi como los dos tuvimos el mismo dolor, las mismas lágrimas, el mismo sufrir. Y eso es lo que esperaba. Ponerle sal a la herida para poderla sanar.
Nos arroje a las llamas.
Sentí el fuego quemándonos, sin soltar tu mano ni un solo momento. Los dos habíamos decidido seguir juntos, la decisión más patológica que jamás había tomado, ahí estaba; frente a mis ojos. 
Sentí como con mis manos atrapaba tu último suspiro, luego de morir calcinados ante la ira.

Y después de mucho nos vi volver.
Si el ave fénix lo hacía, ¿porqué nosotros no?

Ardió mientras lloraba porque la escuché gritar tu nombre.


Everyone has a secret...

Lo había decidido.
Por sobre todas las cosas.
Sobre el futuro.
Sobre los planes.
Sobre el perfecto vestido blanco que usaría un año después.
Sobre la promesa del -sí, acepto.
Sobre lo que venía.
Sobre todo.

Lo había decidido.
Iba a hacer realidad una de esas locuras de las películas apasionadas y románticas.
Nunca había podido mantenerme firma a mis promesas: esas promesas que me hacía todo el tiempo.
Sabía en el fondo -si, lo sabía- que tu también lo sabías.
Que siempre lo supiste, que todo fue una mala broma.
Sabía que así debía ser desde el principio de los tiempos.

Y yo iba a hacerlo realidad.

Everyone has a secret but can they keep it? Oh no they can't.

Recuerdos.

¿Quién te dijo que yo no luché por ti? Que bajé los brazos dejando entrar el fracaso....

Mientras lo decía no había podido mirarlo a los ojos.
Le había mentido.

El no sabía, pero mi perfecto discurso fluido había sido ensayado mil veces frente al espejo.

Era tan convincente que por un momento dudé de mis verdaderos deseos.

-...Y así fue como lo decidí- Dije, mientras podía ver como se quebraba frente a mis ojos.
Era hasta cierto punto un dolor masoquista, que me dolía pero sentía que era justo.
Yo sólo quería devolverle el sabor que me provocó a mi también.


El ni siquiera me había considerado. Nunca. Jamás. Nunca jamás de los jamáces.

Y ahí estaba yo. Una pequeña mentirosa que había ideado un discurso tan pulcro que yo misma había creído. Me aferraba a esa idea cada noche. No lo deseaba, pero lo había decidido.
Nadie tenía porque saberlo, lo mejor de un secreto es saber guardarlo bien para que sea un secreto de verdad. Había decidido que así iba a ser hasta el final de mis días. Entonces entendería, el amor más real es aquel que permite ser feliz aun sabiendo que no iba a consumarse.

Todo ésto surgió dentro de mi cabeza en menos de un segundo. No hacía falta repetírmelo una vez más, lo hacía cada noche; incluso lo había hecho ésta mañana mientras me visualizaba de aquella manera.
De pronto volví mi mirada a la suya. Había lágrimas en sus ojos y pude ver y sentir cómo se rompía algo en su pecho.
Al mirar esa escena algo se rompió en mi también. No pude decirlo (ni admitirlo)  pero en mí también había lágrimas de tristeza. Esa noche en la penumbra yo lloraba por ésto. Porque era demasiado tarde, porque ni siquiera lo intentó. Porque yo podría serlo... Yo lo era... Yo lo sabía, pero jamás me ... 
Vale, éstas palabras estaban de más. Decidí dejar el asunto así nadamás. En cuanto me fue permitido decidí salir de ahí, ese lugar donde había desechado toda mi basura, para llenarme de más. Y así me sentí triunfadora, aun con esas lágrimas, aún con el dolor, sobre todo eso me sabía ganadora.
Después de todo, a veces ganar significa ser destruido.

Personal: Te extraño.

Era un hecho: había alguien más.
No sabía si alegrarme, si llorar, o desearle suerte a esa chica.

No, no estaba hablando de una amante en mi noviazgo, no estaba hablando de eso. No.

Estaba hablando de esa perfecta sincronía que hoy se rompía.
Y yo que creía que esto era algo más, bah, el había encontrado a su chica perfecta.
Y yo la odiaba. Eso era un hecho también.
El había decidido ver en ella todo lo que no veía en mi. O eso pensaba yo.

No sé, yo había decidido pensar que todo estaba jodido, que ella era más que yo. En realidad no quería que nadie fuera más que yo frente a sus ojos. Yo lo quería, lo había querido desde el primer momento en que lo conocí. Lo quería para siempre en mi vida, ni siquiera de forma erótica o sexual, no. Lo quería con amor genuino, quería tener siempre esos abrazos reales que parecían un detector de estado de ánimo.

Creo que me hubiera gustado quedarme por siempre en esa etapa. Pero no. Las reglas de la vida dictan muy claramente que tienes que crecer. Encontrar a alguien, casarte, tener hijos y esas cosas.
Estaba entrando en esa crisis de los 20, en la que extrañas a tus amigos porque cualquier cosa (llamese escuela, trabajo, novio celoso, madre frustrada o esa mierda que algunos llaman opiniones sociales) conspiran para que dejes de ver a esa gente que quieres.

Si, yo lo entendía: a esa bruja hippie la tenía a su lado todo el tiempo. Con ella tenía aventuras geniales, se iban de viaje y esa basura. Pero fuera de eso, ¿qué?.
Y claro, yo con mi autoestima del tamaño de una nuez solo podía pensar ¿cómo puedo luchar contra eso?

No soy perfecta, nunca lo he sido y cuando pretendí serlo me arrepentí mucho. Estoy totalmente consiente de lo que puedo y no puedo ofrecerte, pero sabes que siempre te quise. Sabes que siempre estuve (y estaré, quiero recalcarlo) para ti.
Sabes que si un día te sientes mal puedes venir y en mis brazos vas a encontrar un abrazo sincero. Sabes que no puedo engañarte cuando la cagues, pero sabes también que tampoco voy a juzgarte.
Sabes que te quiero, que te he querido desde hace mucho tiempo atrás y sabes que te querré.

Sabes que eres mi amigo, el mejor de todos. Sabes que eres mi hermano.
Y sabes que quiero que te quedes. Siempre. Que permanezcas.
Sabes que te quiero.





Personal: Coraje.

Solo una persona podría envenenar mi corazón de nuevo.
Solo una: el mismo que alguna vez lo había salvado.

Ya lo había decidido. Yo iba a terminar y el iba ser quién me matara.
De muchas formas estaba harta.
Lo amaba, sí, pero estaba harta de la forma en que el presionaba.
Se sentía tan fuerte, como si sujetara mis brazos hasta poder ver sus nudillos blancos de ira. Había provocado mis últimos tres ataques de pánico y la verdad es que ya ni siquiera me sentía segura de querer.

Dice una canción "puedes volverte adicto a cierto tipo de tristeza" pues bien, eso me estaba pasando a mi: me estaba volviendo adicta a esta situación de mierda.

Tenía ganas de lograr algo lindo y la verdad es que el plan era bastante bueno. El resultado lo visualizaba bien: perfecto, hermoso, emotivo, el gran cierre de la gran noche. Pero claro, a el no le bastaba eso.
Para ser sincera, ya no sabía que mierda quería obtener de mi.

Asi pasa cuando tienes un buen plan de un gran detalle para alguien cuya mente está enferma.
Asi es cuando ese alguien tiene cualquier clase de porquería en la cabeza.

Dios, me siento tan invadida. Tan violentada.

Quiero llorar.

P.

[No estoy enojada. Estoy herida, esa es la diferencia]


Personal: Siempre hay decisiones que tomar.

Había decidido que no me iba a importar.
Estaba molesta, triste, decepcionada, cansada (hasta la madre hubiera sido una buena descripción, pero estoy en una pequeña campaña personal para reducir el número de malas palabras que digo). Mi psicóloga había dicho (hacía algunos años atrás) que era bueno darle nombre a los sentimientos y emociones. Pues bien, ahí estaba yo tratando de explicarle a ese orangután con la sensibilidad de un ausente lo que estaba pasandome.

Estaba cansada.
De reclamos, de peleas, de rencores, de momentos como éste, de su control. Como si no le bastara el había decidido decidir ésto. Por más pendejo que suene, así fue.

Había decidido querer (o al menos intentar) ocultarme la obviedad de las cosas. Había querido contarme una historia (media pendeja, a medias y con tintes bizarros) que ni siquiera el mismo creía. Y yo había decidido ignorar todo aquel circo.
Es por esto que estaba cansada.
La cereza del pastel fue cuando me encontré a mi misma confundida al respecto.
¿Y si así sería toda la vida? No sé, pero "toda la vida" suena como mucho tiempo....

En ese momento lo noté: SIEMPRE hay decisiones que tomar. Y un solo evento, un acontecimiento, un nuevo suceso te cambia la perspectiva. Yo lo sé. A mi me pasó.
No sé como, porque, cuando o donde, pero sé que tengo que cambiar algo.
Si, a huevo. Siempre hay decisiones que tomar.
SIEMPRE.
Puto "siempre".



Epifanía.

Solos tu y yo, descubriéndonos... Despeinando a besos tanto amor...

Habitación tres.
Segundo piso, en el pasillo vuelta a la izquierda.

Sábanas de flores amarillas con fondo azul.
Una cama, un clóset blanco, enorme. Un baño. Una televisión que jamás supimos encender pero ni siquiera lo necesitamos.
Sus labios presionando dulcemente los míos.
Sus brazos rodeándome firme pero suavemente.
Sus "te amo". Mis "te amo más".
Mis ganas de congelar éste momento. De apagar el mundo, de silenciar todo. De retener en mi memoria los sonidos que los dos conocimos ese día.
De pausar todo un segundo, de que no anocheciera nunca. De evitar cada vez más el "hasta luego" que ambos sabía que vendría luego. Mis ganas de apresurar el tiempo y tenerte de vuelta a mi lado.
Mis deseos de seguir amándote hasta quedarme sin fuerzas, como cuando cierras el puño tanto que los nudillos te quedan blancos. Así yo: amarte hasta que las fuerzas me falten.

Habitame siempre, amor. Solos tu y yo, descubriéndonos. Despeinando a besos tanto, tanto amor.




Ma quando arriva la notte, la notte, e resto sola con me...

Te odio.
Odio la forma en la que olvidas a la gente.
Odio tu puto ego más grande que la distancia.
Odio saber que no me extrañas como yo lo hago.
Odio que me sustituyas por esa perra de risos ligeros y sonrisa falsa.
La odio a ella.
Odio que prefieras tener aventuras de viajes, de sonrisas y canciones con alguien más que no sea yo.
Odio quererte tanto.
Odio llorar porque siento que me faltas.
Odio acostumbrarme a tenerte en mi vida.
Odio que te quiera tanto como a un hermano.
Odio saber que ni siquiera vas a leer esto, y si lo llegaras a hacer, odio saber que no vas a decir o hacer algo.
Odio que cuando me ves haces como que no pasa nada.
Odio meterme en tantos líos por ti y que para ti no sea nada.
Odio que piensen mal acerca de los dos y saber que cada día nos alejamos más.
Odio no tenerte en la puerta de a lado del salón 212 del edificio 7 de mi universidad.
Odio extrañar llorar contigo, por más patético que eso suene.
Odio sentir que se pasa el tiempo y elegiste tomar caminos lejanos al mío.
Odio saber que siendo mi mejor amigo me he perdido las mejores partes de tu vida.
Odio sentirme tan mal por eso.
Odio extrañarte como una desquiciada.
Odio no escucharte en muchos días y cuando lo hago, odio que te portes indiferente.
Odio que seas mi mejor amigo, al que veo una vez al mes. 

...putamadre! Ya vuelve a mi vida.

Te extraño u_u.