sábado, 14 de noviembre de 2020

Noviembre 14, 2020.

 Y avanza el viento por los molinos como avanza la vida.

Se va, se va entre suspiros y vino, entre besos y despedidas, entre un año tras otro.



Recuerdo que el año pasado escribí algo llamado "2019, fuck You"

Sin duda, lo escribí sin esperar que el 2020 sería peor. Y entre caos y miedos, entre muertes y desvelos aquí sigo. Sobreviviendo. ✌️

jueves, 2 de abril de 2020

Ojalá que no me extrañes.

Y sentir que el barco se hunde en picada, porque cuando una idea nace desde el dolor y la frustración ya no es posible desecharla hasta que termine en cicatriz.

jueves, 2 de enero de 2020

2019, fuck you.

Pues que puedo decir... Trato de ordenar mis ideas para que tenga sentido todo el vómito verbal que estoy a punto de lanzar.

2019:
Por mucho, has sido el año más culero de mi existencia entera (y mira que tuve muchos otros feos...) Te llevaste a la mujer que forjó mis ideales y a mi ilusión del futuro.
Me llevaste por caminos increíblemente inestables, me jodiste a un nivel increíble.
Y sabes? Con lágrimas en los ojos, con el corazón jodido y con la mentalidad medio torcida me aferro a las palabras de mi esposo: el fuego purifica.

Adolorida, sangrando y llena de lágrimas me mostraste de la manera más horrible lo fuerte que soy, me enfrentaste a una cara de la vida que no conocía... Me diste tanto y me lo arrebataste en tan poco tiempo. Hiciste bailar mi mundo al son que se te antojó, me mostraste el lado feo de la vida.

Y a tres meses de la tragedia (que empezó en enero del año pasado) te puedo ver de frente para decirte que no solo me hiciste más fuerte, además le diste en la madre a los ideales que aprendí desde niña, pero que también me estaban atando. Me recordaste lo poderosa que soy, despertaste la magia que estaba dormida, me hiciste decidir ser mejor persona.

Te despido como un viejo amigo, agrio, ácido, doloroso e incómodo. Te despido desde mi rincón con velas, tarot, sándalo y laurel, con mi espíritu bien despierto, con una capacidad nueva de introspección, con herramientas para afrontar la perdida y con un dedo bien pintado qué muestra perfectamente cuánto me jodiste.

Btw, mis resolutions del año pasado medio se cumplieron:
Baje varios (muchos!) kilos, me conecte con mi espiritualidad mandado muy lejos a los dioses inventados, fui al gimnasio, me siento laboralmente estable, estoy estudiando otra vez.
Sinceramente luego de este año de mierda nada puede destruirme.
I'm the fucking boss, motherfuckers.

Noviembre 14, 2020.

 Y avanza el viento por los molinos como avanza la vida.

Se va, se va entre suspiros y vino, entre besos y despedidas, entre un año tras otro.



Recuerdo que el año pasado escribí algo llamado "2019, fuck You"

Sin duda, lo escribí sin esperar que el 2020 sería peor. Y entre caos y miedos, entre muertes y desvelos aquí sigo. Sobreviviendo. ✌️

Ojalá que no me extrañes.

Y sentir que el barco se hunde en picada, porque cuando una idea nace desde el dolor y la frustración ya no es posible desecharla hasta que termine en cicatriz.

2019, fuck you.

Pues que puedo decir... Trato de ordenar mis ideas para que tenga sentido todo el vómito verbal que estoy a punto de lanzar.

2019:
Por mucho, has sido el año más culero de mi existencia entera (y mira que tuve muchos otros feos...) Te llevaste a la mujer que forjó mis ideales y a mi ilusión del futuro.
Me llevaste por caminos increíblemente inestables, me jodiste a un nivel increíble.
Y sabes? Con lágrimas en los ojos, con el corazón jodido y con la mentalidad medio torcida me aferro a las palabras de mi esposo: el fuego purifica.

Adolorida, sangrando y llena de lágrimas me mostraste de la manera más horrible lo fuerte que soy, me enfrentaste a una cara de la vida que no conocía... Me diste tanto y me lo arrebataste en tan poco tiempo. Hiciste bailar mi mundo al son que se te antojó, me mostraste el lado feo de la vida.

Y a tres meses de la tragedia (que empezó en enero del año pasado) te puedo ver de frente para decirte que no solo me hiciste más fuerte, además le diste en la madre a los ideales que aprendí desde niña, pero que también me estaban atando. Me recordaste lo poderosa que soy, despertaste la magia que estaba dormida, me hiciste decidir ser mejor persona.

Te despido como un viejo amigo, agrio, ácido, doloroso e incómodo. Te despido desde mi rincón con velas, tarot, sándalo y laurel, con mi espíritu bien despierto, con una capacidad nueva de introspección, con herramientas para afrontar la perdida y con un dedo bien pintado qué muestra perfectamente cuánto me jodiste.

Btw, mis resolutions del año pasado medio se cumplieron:
Baje varios (muchos!) kilos, me conecte con mi espiritualidad mandado muy lejos a los dioses inventados, fui al gimnasio, me siento laboralmente estable, estoy estudiando otra vez.
Sinceramente luego de este año de mierda nada puede destruirme.
I'm the fucking boss, motherfuckers.