jueves, 16 de septiembre de 2010

Abuelita: Descanza en paz.

Pues así fué...
Ella se ha ido.
Abuelita, descanza en paz. No hay nada mas que decir, digo, para que dar detalles?
Me siento sola, triste, con lágrimas reprimidas en mi interior: la historia de mi vida: represión.
Sola... sin NADIE... que triste.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Carta a mis ex amores.


Esto es para ustedes. Esto es para ti, amante insatisfecho, creador de mentiras a las que llamaste promesas. Ladrón de latidos, de suspiros, de noches, de poesías, de canciones y de letras.
Y claro, igualmente, esto va para mí. Amante incomprendida, frustrada, traicionada y traidora. Fiel amor que aguardo por tu desprecio. Olvidada y recordada, amada y olvidada de nuevo.
Esto es por nosotros, que compartimos días, momentos, horas, memorias, alegrías, dolores sonrisas, y por supuesto, también lágrimas.
Por nosotros!
La historia comenzó con un hola. Después vinieron mentiras bellas y realidades subjetivas. No todo fue malo, claro que no. Y es que con cada bella mentira me pintabas una sonrisa en la cara, y con cada realidad subjetiva creábamos recuerdos.
Muchas noches te agradecí, por estar en mi vida, a ti y al cielo, por ponerte en mi existencia, y cuando saliste de ella te maldije y tal vez comencé a desear todos los males existentes para ti. Hurtaste de mis ojos muchas lágrimas que aún continuas debiéndome. Además, como si eso no fuera suficiente, robaste también mis pensamientos, mis sueños y mis letras. Algunas veces también robaste mis maldiciones y malas palabras. No te preocupes, puedes quedarte con ellas, con todo lo que me robaste y que alguna vez fue tuyo. Quédate con ello, ya no me interesa recuperarlas ya que lo esencial contigo lo perdí: mi tiempo. Ahh… nota mental: tampoco me interesa recuperarte a ti.
Pero no pienses que te escribo para pelear. La verdad es que de ti no quiero riñas estúpidas, ni discusiones vacías. Ni siquiera espero una respuesta. Hoy solo quiero agradecerte, pero antes de llegar al agradecimiento me gustaría compartir algo contigo. No, no te preocupes, no te quitará mucho tiempo, es una de esas frases, chucherías que se encuentran por ahí, en ese tipo de libros que sabes que me gusta leer. Son solo dos líneas, solo dos, ¿te parece bien? Ok, ahí van.
“Un día seco, aburrido y azul decidí olvidarte…
                                                           creo que fue hoy.”
                                                                                              
Fité.
                                                           Del libro A todos se nos antoja morir.
Ok, bueno… pasa que… bueno, cuando decidiste irte, en tu lugar dejaste ausencia y una buena porción extra grande de dolor.
¿Sabes algo? Te lloré un par de noches, tal vez tres o cuatro. Pero después me di cuenta de que no tenia caso llorarte si tú estabas con alguien más. Nunca entendí que te llevo a hacer lo que hiciste, pero creo que no solo me lastimaste, no sé, tal vez yo también lo hice… pero ahora no importa, en fín.
Entonces, para llenar mi vacío ( o
tu vacío, mejor dicho) comencé a conocer más gente, salir con más chicos, uno y después otro sin encontrar felicidad realmente, sin encontrarle sentido a una relación que sabía que terminaría mal antes de comenzar, hasta que un día me cansé también de eso.
Pero después apareció él, dándole color a los días que tú volviste grises, devolviéndome la sonrisa que me robaste y que creí perdida. Ahora ocurre que él lleno ese vacío. Y no solo eso, sino que además resulta que es más de lo que tú fuiste jamás. No quiero ofenderte, quiero decir, fuiste importante en su momento, pero me trataste como si yo no lo fuera. Y de pronto llegó él y me mostro caminos que nunca conocí, y me resultó completamente natural ser feliz porque él me lo da todo con el solo hecho de respirar. Su presencia me resulta milagrosa, todo él me parece irreal. Es como la felicidad de esas mentiras… perdón, quise decir cuentos, que tú me contabas, la diferencia es que esto no es un cuento (ni una mentira, por supuesto). Esta es la realidad que vivo ahora. En la cual tú no formas parte.

Y bueno, seguramente debes preguntarte a que se debe todo esto. Pues bien, es aquí donde debo agradecerte. Bueno, no debería hacerlo, después de todo no fue agradable el final que pintaste a nuestra historia, quiero decir, me dolió mucho, pero aún así quiero agradecerte. A ti, y a cada uno de ustedes. Amantes insatisfechos… ladrones de lágrimas… y de sonrisas.
¿Saben? Gracias por hacer todo lo que hicieron, no importa que haya sido. Cada lágrima, cada pelea, cada mentira, todo. Cada dolor que me causaste tuvo un motivo y ahora sé cuál es.
Y ese motivo tiene nombre. Tiene sentimientos. Tiene corazón. Si hubiera sabido que ese era el premio al final del túnel hubiera vivido todo con menos lágrimas y más sonrisas. Porque hubiera vivido eso y más, si él era mi recompensa. Ustedes, que tantas lágrimas robaron, ustedes me enseñaron a amarlo a él, a valorarlo, a cuidarlo, a protegerlo.
Gracias a ustedes. Gracias a . Y por supuesto. Gracias a él.

Abuelita: Descanza en paz.

Pues así fué...
Ella se ha ido.
Abuelita, descanza en paz. No hay nada mas que decir, digo, para que dar detalles?
Me siento sola, triste, con lágrimas reprimidas en mi interior: la historia de mi vida: represión.
Sola... sin NADIE... que triste.

Carta a mis ex amores.


Esto es para ustedes. Esto es para ti, amante insatisfecho, creador de mentiras a las que llamaste promesas. Ladrón de latidos, de suspiros, de noches, de poesías, de canciones y de letras.
Y claro, igualmente, esto va para mí. Amante incomprendida, frustrada, traicionada y traidora. Fiel amor que aguardo por tu desprecio. Olvidada y recordada, amada y olvidada de nuevo.
Esto es por nosotros, que compartimos días, momentos, horas, memorias, alegrías, dolores sonrisas, y por supuesto, también lágrimas.
Por nosotros!
La historia comenzó con un hola. Después vinieron mentiras bellas y realidades subjetivas. No todo fue malo, claro que no. Y es que con cada bella mentira me pintabas una sonrisa en la cara, y con cada realidad subjetiva creábamos recuerdos.
Muchas noches te agradecí, por estar en mi vida, a ti y al cielo, por ponerte en mi existencia, y cuando saliste de ella te maldije y tal vez comencé a desear todos los males existentes para ti. Hurtaste de mis ojos muchas lágrimas que aún continuas debiéndome. Además, como si eso no fuera suficiente, robaste también mis pensamientos, mis sueños y mis letras. Algunas veces también robaste mis maldiciones y malas palabras. No te preocupes, puedes quedarte con ellas, con todo lo que me robaste y que alguna vez fue tuyo. Quédate con ello, ya no me interesa recuperarlas ya que lo esencial contigo lo perdí: mi tiempo. Ahh… nota mental: tampoco me interesa recuperarte a ti.
Pero no pienses que te escribo para pelear. La verdad es que de ti no quiero riñas estúpidas, ni discusiones vacías. Ni siquiera espero una respuesta. Hoy solo quiero agradecerte, pero antes de llegar al agradecimiento me gustaría compartir algo contigo. No, no te preocupes, no te quitará mucho tiempo, es una de esas frases, chucherías que se encuentran por ahí, en ese tipo de libros que sabes que me gusta leer. Son solo dos líneas, solo dos, ¿te parece bien? Ok, ahí van.
“Un día seco, aburrido y azul decidí olvidarte…
                                                           creo que fue hoy.”
                                                                                              
Fité.
                                                           Del libro A todos se nos antoja morir.
Ok, bueno… pasa que… bueno, cuando decidiste irte, en tu lugar dejaste ausencia y una buena porción extra grande de dolor.
¿Sabes algo? Te lloré un par de noches, tal vez tres o cuatro. Pero después me di cuenta de que no tenia caso llorarte si tú estabas con alguien más. Nunca entendí que te llevo a hacer lo que hiciste, pero creo que no solo me lastimaste, no sé, tal vez yo también lo hice… pero ahora no importa, en fín.
Entonces, para llenar mi vacío ( o
tu vacío, mejor dicho) comencé a conocer más gente, salir con más chicos, uno y después otro sin encontrar felicidad realmente, sin encontrarle sentido a una relación que sabía que terminaría mal antes de comenzar, hasta que un día me cansé también de eso.
Pero después apareció él, dándole color a los días que tú volviste grises, devolviéndome la sonrisa que me robaste y que creí perdida. Ahora ocurre que él lleno ese vacío. Y no solo eso, sino que además resulta que es más de lo que tú fuiste jamás. No quiero ofenderte, quiero decir, fuiste importante en su momento, pero me trataste como si yo no lo fuera. Y de pronto llegó él y me mostro caminos que nunca conocí, y me resultó completamente natural ser feliz porque él me lo da todo con el solo hecho de respirar. Su presencia me resulta milagrosa, todo él me parece irreal. Es como la felicidad de esas mentiras… perdón, quise decir cuentos, que tú me contabas, la diferencia es que esto no es un cuento (ni una mentira, por supuesto). Esta es la realidad que vivo ahora. En la cual tú no formas parte.

Y bueno, seguramente debes preguntarte a que se debe todo esto. Pues bien, es aquí donde debo agradecerte. Bueno, no debería hacerlo, después de todo no fue agradable el final que pintaste a nuestra historia, quiero decir, me dolió mucho, pero aún así quiero agradecerte. A ti, y a cada uno de ustedes. Amantes insatisfechos… ladrones de lágrimas… y de sonrisas.
¿Saben? Gracias por hacer todo lo que hicieron, no importa que haya sido. Cada lágrima, cada pelea, cada mentira, todo. Cada dolor que me causaste tuvo un motivo y ahora sé cuál es.
Y ese motivo tiene nombre. Tiene sentimientos. Tiene corazón. Si hubiera sabido que ese era el premio al final del túnel hubiera vivido todo con menos lágrimas y más sonrisas. Porque hubiera vivido eso y más, si él era mi recompensa. Ustedes, que tantas lágrimas robaron, ustedes me enseñaron a amarlo a él, a valorarlo, a cuidarlo, a protegerlo.
Gracias a ustedes. Gracias a . Y por supuesto. Gracias a él.