lunes, 23 de noviembre de 2009

Chispa-Magia.


Mis ojos volvian a dar señales de vida.
Mi cuerpo parecia tomar extrañas formas, llenas de vitalidad.
El zombie que habia sido todo este tiempo
estaba en su tumba, bien enterrado, bien muerto, bien olvidado.
Las cicatrices habían cerrado porque de nuevo creía en mí.
Cuando era niña mis padres me enseñaron a creer en ellos, en que jamás me faltaría nada mientras fuera su responsabilidad. Me enseñaron que existía un Dios en las alturas, algo tan maravilloso que mis ojos no verían hasta el día en que Él descendiera de los cielos, por eso debía ser buena.
Me hicieron creer en que había leyes que debía respetar, momentos en que debía callar, sentimientos que debía ahogar.
Me enseñaron a creer en todo, menos en mí.
Tal vez eso me hizo ser quien soy.
Aunque aveces parece que no sé quien soy, que no me conozco, que me miro al espejo y veo solo la sombra de lo que fui.
Pero yo estaba cambiando, ya no era más esa sombra, ya no era ese cuerpo sin vida que se movia por inercia. Ahora algo habia cambiado.
Había una chispa en mi, algo que me hacia maravillarme por el aire que entraba por mis pulmones.
Y aunque no tenia sentido me sentia bien.

Chispa-Magia.


Mis ojos volvian a dar señales de vida.
Mi cuerpo parecia tomar extrañas formas, llenas de vitalidad.
El zombie que habia sido todo este tiempo
estaba en su tumba, bien enterrado, bien muerto, bien olvidado.
Las cicatrices habían cerrado porque de nuevo creía en mí.
Cuando era niña mis padres me enseñaron a creer en ellos, en que jamás me faltaría nada mientras fuera su responsabilidad. Me enseñaron que existía un Dios en las alturas, algo tan maravilloso que mis ojos no verían hasta el día en que Él descendiera de los cielos, por eso debía ser buena.
Me hicieron creer en que había leyes que debía respetar, momentos en que debía callar, sentimientos que debía ahogar.
Me enseñaron a creer en todo, menos en mí.
Tal vez eso me hizo ser quien soy.
Aunque aveces parece que no sé quien soy, que no me conozco, que me miro al espejo y veo solo la sombra de lo que fui.
Pero yo estaba cambiando, ya no era más esa sombra, ya no era ese cuerpo sin vida que se movia por inercia. Ahora algo habia cambiado.
Había una chispa en mi, algo que me hacia maravillarme por el aire que entraba por mis pulmones.
Y aunque no tenia sentido me sentia bien.